Consideraciones actuales sobre la toxicidad retiniana por cloroquina y sus derivados

Autores: Columbié Garbey Yannara Elina, Hernández Echavarría Odelaisys, Hernández Silva Yaimara, Cabal Rodríguez Ramón

Resumen

La cloroquina y la hidroxicloroquina son drogas que se utilizan en el tratamiento de enfermedades reumáticas. Desde la descripción en 1959 de la retinopatía que pueden ocasionar, se produjo una importante disminución de su uso. La hidroxicloroquina se considera la de menor toxicidad entre ellas, no obstante han sido reportados casos de enfermedad retiniana en personas que han empleado esta droga durante mucho tiempo. El propósito de este artículo es actualizar sobre la efectividad de protocolos de despistaje para la detección de afectación retiniana en consumidores de cloroquina y sus derivados. Se realizó una búsqueda automatizada de artículos científicos relacionados con el tema, en PUBMED e HINARI, que resultó en 27 publicaciones realizadas durante los años 1999-2010. Las investigaciones para la detección de la retinopatía han estado sujetas a controversias. No hay consenso entre reumatológos y oftalmólogos acerca de cómo debe monitorizarse y diagnosticarse la toxicidad ocular. Las pruebas más comunes para descubrir la toxicidad han sido: la agudeza visual, los campos visuales, el test de visión de colores, electrorretinografía estándar y la angiografía fluoresceínica. Estudios recientes demuestran que el electrorretinograma multifocal parece ser muy útil en esta entidad, por lo que pudiera ser empleado en la detección de daño retinal subclínico. Esto sería de inestimable valor para evitar el déficit visual por el efecto tóxico del fármaco. La frecuencia de evaluaciones debe ser individualizada en cada paciente, dependiendo de la presencia o no de factores de riesgo al inicio del tratamiento y la dosis diaria del medicamento.

Palabras clave: Toxicidad retiniana cloroquina hidroxicloroquina detección de daño.

2012-11-20   |   595 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 24 Núm.2. Julio-Diciembre 2011 Pags. 374-382 Rev Cubana Oftalmol 2011; 24(2)