Autores: Márquez García Juan Camilo, Uribe Vargas Mario, Méndez Ayala Juan Alejandro, Londoño Arévalo María Antonieta
Con relativa frecuencia el radiólogo se enfrenta a una escanografía cerebral que presenta como hallazgo una irregularidad en el contorno de la tabla interna del cráneo. Frecuentemente se utiliza el término craneolacunia (luckenschadel) de manera intercambiable con signo de plata martillada o de cobre martillado (copper beaten). Vale la pena revisar la diferencia entre estos dos términos para que su uso sea el apropiado. La craneolacunia es una displasia del hueso membranoso del cráneo, en la cual la tabla interna de la calota tiene un patrón de arborización dado por crestas de hueso normal que delimitan defectos óseos redondeados con disminución en el espesor o ausencia de tabla ósea interna. En algunas zonas el defecto es tan grave que solo hay cubrimiento por membranas de periostio y duramadre; de ahí el término lacunae o laguna (Figuras 1A y 1B). Esta morfología característica es secundaria a un aumento de la presión intracraneana durante la vida fetal y se ha asociado muy frecuentemente con la malformación de Chiari II y con meningoceles, y en menor medida con encefaloceles. Además, es autolimitada y se resuelve completamente alrededor de los seis meses de vida. Su presentación es independiente del grado de hidrocefalia del paciente. El aspecto de plata martillada o de cobre martillado hace referencia a la impresión que ocasionan las circunvoluciones y surcos sobre la tabla interna en pacientes con aumento de la presión intracraneana o hidrocefalia en un cráneo cuyas suturas se encuentran fusionadas. Este patrón es predominante en las regiones occipitales y suboccipitales. Se presenta en pacientes de mayor edad, con un pico de presentación alrededor de los cuatro años y es menos frecuente en pacientes adolescentes y adultos. Su presentación en pacientes menores de 18 meses es improbable, en cuyo caso debe estar en asociación con cierto grado de craniosinostosis. En estos pacientes, la gravedad depende del grado de hipertensión endocraneana (Figuras 2A, 2B y 2C). Como conclusión, aunque la causa inicial de ambas alteraciones es una hipertensión endocraneana, el aspecto por imágenes, la edad del paciente y la reversibilidad de la alteración deben guiar al radiólogo hacia un diagnóstico certero.
2014-04-28 | 6,639 visitas | 1 valoraciones
Vol. 24 Núm.4. Diciembre 2013 Pags. 3849-3850 Rev Colom Radiol 2013; 24(4)