Fragmento

Como se puede observar en toda la existencia humana han surgido pensamientos, ideas, costumbres, reglas, leyes y mandatos. Incluso desde los tiempos en los que los hombres hacían a los dioses. Justo cuando se comenzó a dominar al conocimiento del universo con su incipiente poder creador. Tiempos en los que ante el fuego, los accidentes orográficos y meteoros, como modelos de nuestros antepasados daban inicio o continuación a sus intensas como descomunales interacciones. Donde el asombro, ansiedad y miedo, colmaron de especulación a un cerebro siempre en evolución poseedor de poderosos mecanismos para dar soluciones cargadas de las primeras experiencias de saber. Un saber que pasó por tiempos que vienen desde allá cuando se daban los tiempos en los que también empezaron a recaminar veredas alrededor de las riberas, cuencas, praderas, como a escoger guaridas en aras de tomar por pertenencia a parte de su entorno. Tiempos en los que los humanos se daban a observar los efectos de enterrar semillas que nos anclarían al sedentarismo.

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2014-05-01   |   706 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 18 Núm.4. Octubre-Diciembre 2013 Pags. 216-220 Arch Neurocien Mex 2013; 18(4)