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Las Guías de Práctica Clínica son herramientas para hacer más racionales las decisiones en salud, mejorar la calidad del cuidado y fortalecer la posición del paciente en el proceso de atención. Pueden ayudar a incrementar la eficiencia y de esta forma contención del gasto en salud. Su éxito o fracaso depende: de su calidad, su significado médico y la relación de éste con los aspectos sociales, legales y éticos involucrados en su presentación en la práctica diaria. Las GPC se han definido clásicamente como “Declaraciones desarrolladas sistemáticamente para asistir las decisiones de los profesionales de la salud y los pacientes sobre el cuidado apropiado de la salud en circunstancias clínicas específicas”. Su elaboración descansa en los tres pilares de la medicina basada en la evidencia (MBE): evaluación sistemática de la evidencia, su combinación con la experiencia clínica, las preferencias de los pacientes.

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2014-08-14   |   202 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 1 Núm.1. Enero-Junio 2012 Pags. 14-15 Rev Eviden HUS 2012; 1(I)