Autores: Valadez Azúa Raúl, Rodríguez Galicia Bernardo, Götz Christopher M, Sierra Sosa Thelma Noemí
El hibridismo entre el lobo gris (Canis lupus) y el perro (Canis lupus familiaris) ha sido un fenómeno frecuente desde que este último apareció hace unos 15,000 años, consecuencia inevitable de la enorme similitud genética entre ambas especies. El primer caso documentado para el México prehispánico se registró en 1999 y desde entonces más de 40 individuos se han identificado. El conocimiento que estos pueblos tenían sobre el lobo hace suponer que la creación de los híbridos se daba de manera intencional, empleando perras en celo con el fin de crear camadas de ejemplares que portaban en su sangre la fuerza simbólica del padre dentro de un cuerpo manejable. Los individuos registrados se ubican cronológicamente desde inicios de nuestra era hasta el siglo XVI y los contextos a los que están asociados estos ejemplares indican que les empleaba la elite dominante como animales de ofrenda o símbolos jerárquicos asociados con el inframundo o con la guerra y la agricultura; esta última opción consecuencia lógica por ser individuos con una doble identidad, en la cual una, la del lobo, se relacionaba con lo bélico y la del perro con la lluvia y la fertilidad.
Palabras clave: Híbridos lobo perro México prehispánico Teotihuacán México-Tenochtitlán.
2014-09-08 | 608 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 25 Núm.3. Mayo-Junio 2014 Pags. 61-71 Revista AMMVEPE 2014; 25(3)