Fragmento

El dolor es, en general, la principal causa de consulta médica, siendo un 80% del total de ésta. A su vez, del grupo de pacientes que consultan por dolor entre el 35-50% son calificados como pacientes con dolor crónico. Se define como dolor crónico al dolor de cualquier etiología no relacionado con compromiso neoplásico, asociado a condiciones médicas crónicas, que se extiende más allá del tiempo esperado para la lesión que lo produce, y que afecta de manera negativa el bienestar o el comportamiento del individuo. El dolor crónico es una enfermedad multifactorial, cuya historia natural, está afectada, tal vez como en ninguna otra entidad, por factores ambientales, psicológicos, comportamentales, emocionales, familiares y sociales. Se ha demostrado, cada vez con mayor solidez, que dichos factores determinan la transición del dolor agudo al crónico, los niveles asociados de incapacidad funcional y laboral y el pronóstico de fracaso o éxito del manejo médico. Teniendo en cuenta el contexto previamente descrito, es claro que el dolor crónico requiere para su adecuado enfoque, un modelo en el que confluyan diferentes disciplinas, capaces de analizar e intervenir las diferentes esferas afectadas en este tipo de pacientes, y capaces de utilizar las diferentes modalidades existentes para manejo médico e intervencionista del dolor, para evitar de este modo el fracaso frecuente de las terapias simples para mejoría de esta enfermedad. En la actualidad, y basados en las evidencias disponibles, el mejor modelo disponible para enfocar clínica y terapéuticamente a los pacientes con dolor crónico es el bio-psico-social, y su mejor materialización son las clínicas multidisciplinarias y multimodales para manejo del dolor, en las cuales se traten todas las esferas alteradas de estos pacientes, para garantizar así los mejores resultados en términos de control del dolor, de retorno a la funcionalidad y de costo-efectividad.

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2014-09-19   |   700 visitas   |   Evalua este artículo 1 valoraciones

Vol. 21 Núm.1. Enero-Marzo 2014 Pags. 23-35 Neurocien Colom 2014; 21(1)