Autores: Roldán Marín Rodrigo, Carlos Ortega Blanca
El tumor maligno cutáneo más frecuente, el carcinoma basocelular deriva de las células no queratinizantes de la capa basalepidérmica. Sus cuatro variantes clínicas más comunes son pigmentado, nodular, superficial y morfeiforme, y el factor de riesgo más importante es la exposición a la radiación ultravioleta. Su comportamiento es localmente invasivo y destructivo; por tanto, cualquier retraso en el diagnóstico suele tener importantes consecuencias en cuanto al resultado estético y funcional, y en términos del consumo de recursos sanitarios. La dermatoscopia permite no solo detectar carcinomas muy incipientes, sino hacer el diagnóstico diferencial de lesiones difíciles, determinar márgenes quirúrgicos y evaluar la respuesta a tratamientos no quirúrgicos.
Palabras clave: Carcinoma basocelular dermatoscopia radiación ultravioleta tumor maligno.
2015-01-12 | 1,566 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 12 Núm.4. Octubre-Diciembre 2014 Pags. 282-287 Dermatología CMQ 2014; 12(4)