Cuando en el año 2013 se divulgaron y estudié las nuevas normas para la clasificación de grupos de investigación e investigadores y las nuevas normas de clasificación de revistas científicas colombianas divulgada por Colciencias (entidad estatal que en Colombia tiene a su cargo el desarrollo de la ciencia y la tecnología) sentí un tufillo desagradable e indefinible. Después de haber “sufrido” estas normas desde todos los puntos de vista posibles, como investigador, como director de un grupo de investigación y como editor de una revista científica, tengo más claro qué me disgustaba de esas normas: sepulta la investigación de pregrado (cuando la tendencia en las universidades colombianas es estimularla), le cava la fosa a la aparición de nuevas revistas científicas, y transmuta a los investigadores “no doctorales” en simples aprendices. Analizando los documentos originales encuentro, como autores de esta normativa, a algunos de mis antiguos compañeros del Programa de Física de la Universidad Nacional sede Bogotá (Colombia) todos adornados con una exquisita formación aria, que explica en parte el problema.
2015-04-11 | 518 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 14 Núm.2. Julio-Diciembre 2014 Pags. 181-182 Arch Med Manizales 2014; 14(2)