Autor: Loría Castellanos Jorge
Desde la configuración social de la especie humana, la educación ha cumplido la ineludible función de socialización; encargada de incorporar a las futuras generaciones a la sociedad en general y a grupos específicos en particular; de esta forma, la educación se traduce en un conjunto de prácticas, de maneras de hacer y de costumbres “aceptables”. Bajo esta concepción, lejos de que la educación tenga por objeto principal al individuo y sus intereses, se convierte, ante todo, en el medio para que la sociedad o sus grupos renueve las condiciones de su propia existencia o, como dice Bourdieu, “se reproduce el sistema educativo para dar continuidad al sistema social,…. pues se dedica sistemáticamente a formar esquemas de pensamiento y acción en las líneas requeridas por la estructura de poder y contribuye, desde la ciencia y la tecnología, a su permanencia y consolidación”.
2015-05-18 | 648 visitas | 3 valoraciones
Vol. 7 Núm.2. Mayo-Agosto 2015 Pags. 74-79 Arch Med Urgen Méx 2015; 7(2)