Comparación de la utilidad diagnóstica de las inmunoglobulinas A y M en la toxoplasmosis aguda

Autores: Gutiérrez José, De la Higuera Angustias, Maroto María del Carmen

Resumen

Se compara la evolución de los anticuerpos (Acs) IgA respecto de los IgM en pacientes no inmunodeprimidos con toxoplasmosis activa para establecer su valor diagnóstico. Se estudiaron nueve pacientes no inmunodeprimidos con toxoplasmosis activa (grupo I) a los que se les determinó la presencia de Acs anti-toxoplasma al inicio de la enfermedad, y en cuatro de los mismos tres meses después. Como grupo control (grupo II) se estudiaron 50 sueros de sujetos sanos. En ambos grupos se investigó la presencia de Acs IgG mediante EIA indirecto (Eti-Toxok G, Sorin Biomédica), IgA mediante EIA de captura (Platelia Toxo IgA, Pasteur) e IgM mediante EIA de captura (Eti-Toxok M, Sorin Biomédica) y técnica de captura-aglutinación (Toxo ISAGA, Biomérieux). En el grupo I todos los sujetos presentaron Acs IgM por el método de Sorin; sólo uno de los nueve pacientes tuvo negativos IgA y los IgM por el método Toxo ISAGA. Los Acs IgG fueron positivos en todos ellos con aumento de nivel en aquellos a los que se repitió el estudio. En el grupo II ninguno de los sujetos presentó Acs IgM; los Acs IgG fueron > 15 Ul/mL en 18 de los sujetos e £ 15 Ul/mL, pero no ausentes, en los 32 restantes. Se detectó IgA en ocho de los 18 sujetos con IgG > 15 Ul/mL y en 11 de los 32 con IgG £ 15 Ul/mL. La detección de Acs IgA presentó una sensibilidad del 88.8%, una especificidad del 62.0% y un valor predictivo positivo y negativo del 29.6% y 96.8%, respectivamente. La determinación de IgA en el curso de la toxoplasmosis activa no parece un marcador más útil que la habitual detección de IgM; no obstante, pensamos que nuestra población de estudio debe ampliarse e incluir también toxoplasmosis de reactivación, antes de llegar a conclusiones más firmes.

Palabras clave: Toxopiasmosis aguda IgA IgM.

2003-03-17   |   2,966 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 45 Núm.6. Noviembre-Diciembre 1993 Pags. 585-588. Rev Invest Clin 1993; 45(6)