Autores: Díaz Ramos Julio Alberto, González Hernández Luz Alicia, Fraga Ávila Claudia, Asencio del Real Gabriela, Piñelrúa Menéndez Alicia, Leal Mora David, Ávila Funes José Alberto
La proporción de personas que viven con el VIH mayores de 50 años está aumentando a nivel mundial. El enfoque en la gestión del VIH debe incluir ahora una vigilancia activa de las comorbilidades no infecciosas y crónicas en un grupo cada vez mayor de pacientes de edad avanzada. En México, se han registrado 22,150 casos de VIH en adultos mayores de 50 años, que representan el 12% de la población total afectada. En todas las etapas de la enfermedad del VIH los pacientes están en riesgo de deficiencia nutricional, y el estado nutricional es un fuerte predictor de la progresión de la enfermedad, supervivencia y estado funcional durante el curso de la enfermedad. El VIH y la malnutrición pueden causar graves problemas de inmunodeficiencia, que en última instancia aumentan la susceptibilidad de desenlaces negativos. Por lo tanto, se describe un ciclo de fragilidad, desnutrición e inmunodeficiencia. La pérdida de peso y el síndrome de desgaste son características de la enfermedad avanzada por VIH, así como fuertes predictores de mortalidad y morbilidad en el paciente anciano. Promover un estado de nutrición saludable y evitar la pérdida de peso puede tener múltiples beneficios en términos de mejora de la respuesta a la terapia antirretroviral o en la reducción de la morbilidad y la mortalidad. En consecuencia, la evaluación nutricional y el asesoramiento dietético deben promoverse como estándares de calidad en la atención de los pacientes con VIH. El objetivo de esta revisión es presentar una descripción detallada y exhaustiva de la evidencia científica actual de los aspectos nutricionales en la población con VIH de más de 50 años de edad.
Palabras clave: VIH desnutrición ancianos fragilidad.
2017-01-10 | 1,266 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 2 Núm.2. Julio-Diciembre 2016 Pags. 51-62 J Lat Am Geriatric Med 2016; 2(2)