La resistencia a los antibióticos y la falta de interés de la industria farmacéutica.

Autor: Moncayo Medina Álvaro

Fragmento

La resistencia a los antibióticos aparece como consecuencia de mutaciones y de presiones de selección por el uso indiscriminado de estos medicamentos y se disemina rápidamente con alcance global. Esta diseminación se facilita por la poca higiene en los hospitales y por la mayor frecuencia en los viajes, el comercio y la trasmisión de las enfermedades. En Colombia, los primeros informes sobre resistencia aparecieron en 2001. El porcentaje de resistencia variaba según el microorganismo y el antibiótico. Por ejemplo, para ciprooxacina en unidades de cuidados intensivos en Bogotá para Staphilococcus aureus (S. aureus) era del 60,0-63,0%; para Staphilococcus coagulasa negativa (S. coagulasa negativa) del 47,0-58,0% y paraEnterococcus sp. del 25,0-44,0%. En hospitales de tercer nivel, se encontró resistencia del 52,0% para S. aureus y del 73,0% paraS. aureus coagulasa negativa. En la actualidad se está implementando un programa de vigilancia de las infecciones intrahospitalarias asociadas al uso de dispositivos, de la resistencia bacteriana y del con-sumo de antibióticos que permita abordar el problema desde diferentes perspectivas relacionadas con el aumento de la resistencia bacteriana, la elevada carga de infecciones y el uso inapropiado de antibióticos en los hospitales. El programa abarca a 10 instituciones de alta complejidad de Antioquia, Bogotá y Valle del Cauca. En 1998 había en el mercado mundial 20 nuevos antibióticos. Sin embargo, a pesar del aumento del número de aislamientos de microorganismos resistentes durante todo este mismo período, en 2011 había únicamente 4 nuevos antibióticos, es decir una disminución de un 75% en la disponibilidad de nuevos antibióticos. Abbot, Merck y Roche han abandonado el campo del desarrollo de nuevos antibióticos y quedan únicamente 5 laboratorios: Astra-Seneca, Glaxo-Smith Kline, Novartis, Sano-Aventis y Schering-Plow.

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2017-03-21   |   160 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 18 Núm.2. Abril-Junio 2014 Pags. 35-36 Infectio 2014; 18(2)