La tuberculosis congénita es una enfermedad de baja ocurrencia, pero con alta morbimortalidad debido a que suele presentar signos inespecíficos, catalogándose a menudo solo como una sepsis neonatal. El diagnóstico correcto suele hacerse por los antecedentes maternos de síntomas graves en la gestación o de formas paucibacilares que se hacen reconocibles en el puerperio, incluyendo la ocurrencia de endometritis y síntomas pulmonares; también se identifica por las pruebas microbiológicas (baciloscopia, cultivos, pruebas genéticas). Radiográficamente el patrón más común es el miliar. En los laboratorios de sangre suele haber biomarcadores inflamatorios elevados, trombocitopenia y pruebas hepáticas anormales. El tratamiento farmacológico suele ser exitoso. Se presenta un caso de una recién nacida, hija de una madre paucibacilar, que fue tratada inicialmente como sepsis neonatal y mejoró luego de la terapia antituberculosa.
Palabras clave: Tuberculosis congénita sepsis neonatos miliar puerperio endometritis.
2017-03-24 | 187 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 20 Núm.3. Julio-Septiembre 2016 Pags. 172-175. Infectio 2016; 20(3)