Autor: Gómez Marín Jorge Enrique
La aparición reciente de infecciones parasitarias en zonas urbanas, antes casi exclusivas de medios silvestres, son un llamado de alerta sobre la vulnerabilidad del país frente a situaciones de brotes y la ausencia de reservas en fármacos estratégicos para la seguridad del país. En efecto, la enfermedad de Chagas ha tenido brotes de transmisión oral urbanos cada vez más frecuentes1. La capacidad de adaptación de los vectores de la enfermedad de Chagas, leishmaniasis y malaria a los ambientes urbanos es asombrosa. Los episodios ocurridos en Caracas y los estudios del grupo del Dr. Noya de la Universidad Central de Venezuela han demostrado como el vector se ha adaptado a zonas urbanas y vive, se reproduce y se encuentra ahora en los colchones, ya no solo en las rendijas de construcciones de tierra2. En la actualidad la enfermedad de Chagas y la leishmaniasis en varios estados de Brasil son mayoritariamente urbanas3,4. En Caracas cada nuevo año los brotes de Chagas urbano son más frecuentes5. En Colombia ya se reportó malaria autóctona en Armenia6, leishmaniasis visceral en Neiva (http://www.lanacion.com.co/index.php/noticias-regional/neiva/item/150682-estudian-casos-de-leishmaniasis-en-neiva) y Chagas en Lebrija, Turbo, Bucaramanga, Aguachica1,5,6 y recientemente en Casanare (http://www.pulzo.com/otras-zonas/brote-de-chagas-tiene-en-alerta-los-habitantes-de-casanare-128456).
2017-03-24 | 203 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 20 Núm.1. Enero-Marzo 2016 Pags. 1-2. Infectio 2016; 20(1)