Vale la pena publicar

Autor: Cuero Zambrano Cesar

Resumen

La formación académica de los médicos en Panamá se considera muy buena en el nivel básico, es decir en las escuelas de medicina. En este nivel se tiene la oportunidad de agitarse en el campo de la investigación médica, como forma de impulsar el avance de la medicina y la autoformación integral como médico. Una vez en el internado, si bien el trabajo es intenso, agotador y demandante, se tiene la oportunidad de participar en actividades docentes e igualmente formar parte de equipos que llevan a cabo trabajos de investigación orientados por médicos de mayor madurez en cuanto a su formación. Cuando ya se entra a los programas de residencia en busca de una especialidad, se siguen procesos diferentes según sea el tipo de residencia, quirúrgica o clínica. Pero cualquiera de ellas demanda un gran esfuerzo y dedicación, a fin de completar tanto el período de tiempo como las metas particulares que cada una de ellas conlleva. Ya al terminar la especialidad, se enfrenta el médico a la disyuntiva de iniciar práctica profesional de especialidad o continuar su formación en busca de una subespecialidad. En este último caso, se necesitará de ese esfuerzo extra para alcanzar la excelencia en la formación. Los médicos que opten por ejercer su práctica profesional como médico general, también necesitarán mantenerse al día del devenir del desarrollo y avances de la medicina, que se mantiene en constante evolución. Ya sea como estudiante, interno, residente o médico general, se pueden y deben llevar a cabo tanto las actividades de formación como las tareas de investigación. Lamentablemente en nuestro medio, la investigación no está entronizada, y los profesionales de la medicina en su gran mayoría, se dedican a cumplir con la formalidad de su formación sin haber producido un trabajo de investigación. Últimamente, para subsanar esta realidad, se ha introducido el requisito de desarrollar un trabajo de investigación médica, sin el cual no se da por concluida la formación de una residencia. Igualmente, desde los inicios de la residencia, se les capacita en metodología de la investigación, herramienta que debe facilitarles el desarrollo del trabajo antes señalado. Hay que aceptar que es lamentable la falta de estímulo y más aun de facilidades para el desarrollo de una cultura de investigación. Por una parte, las entidades y autoridades llamadas a esa tarea, no lo hacen, o bien lo hacen de una forma muy tímida. Por otra parte no se adjudica el necesario apoyo económico, dentro del presupuesto estatal, dedicado exclusivamente a fomentar el desarrollo de trabajos de investigación a todos los niveles. Si bien esto está cambiando en los últimos tiempos, también es necesario señalar que no se dedican los montos suficientes para que haya un verdadero desarrollo de esta actividad a lo largo del país. A nivel de formación, es imperativo que se reformulen los programas de residencia para que nuestros médicos en formación tengan disponibilidad de tiempo para desarrollar trabajos de investigación. Es altamente preocupante que al revisar la hoja de vida de nuestros médicos jóvenes que han culminado una especialidad o subespecialidad, o que tienen algún tiempo ejerciendo como médicos generales, ellos no tengan o tengan muy escazas publicaciones; situación que habla a las claras de la realidad formativa local. Muy buena formación académica pero deficitaria en el área de la investigación. No hay duda que lo anterior pone en desventaja a nuestros médicos, sobre todo cuando salen más allá de nuestras fronteras y compiten con médicos de otras latitudes, en países donde las publicaciones tienen un peso específico en la calificación integral de cada profesional. Cuantas veces los que han tenido la oportunidad de salir a formarse fuera del país se encuentran con la embarazosa situación de que al presentar su hoja de realizaciones en el campo médico, tienen nada o casi nada para mostrar. En nuestro medio, no es fácil desarrollar tareas de investigación médica. Tanto el internado como los programas de residencia, tienen una gran carga laboral, escasa docencia y un gran desgaste físico y mental, por lo que no se deja espacio para desarrollar trabajos de investigación. Hay que aceptar esta dolorosa realidad. Todo ello hace que no se tenga conciencia de la importancia de la investigación médica como herramienta fundamental en la formación del recurso médico, lo cual lleva a que no se valore siquiera la opción de publicar. Desarrollar trabajos en forma de cartel para los congresos locales es un paso. Hacerlos para congresos internacionales, es un paso gigante. Pero este esfuerzo realizado contra la corriente en un medio adverso, si no se completa con la preparación para la publicación, está condenado a perderse en la nada. Lo mismo ocurre con los trabajos de culminación de residencias. El hacer de esto un requisito obligatorio, hace que los residentes los presenten; pero solo para cumplir. De hecho, la mayor parte de estos trabajos no nacen a la vida pública puesto que no se les estimula a publicarlos y esto es un gran contrasentido. Sí, si vale la pena hacer trabajos de investigación, pero también vale la pena publicarlos, para que no se pierdan en el tiempo y puedan dejar ustedes sus nombres escritos en el presente y para la posteridad. ¡Adelante muchachos! Dr. César Cuero Zambrano, MD. Editor Asociado Revista Médica de la Caja de Seguro Social

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2017-11-28   |   185 visitas   |   Evalua este artículo 1 valoraciones

Vol. 37 Núm.3. Enero-Diciembre 2015 Pags. 4-6. Rev Med Caja Seg Soc Pan 2015; 37(1-3)