Hubo un día en el que la vida me pareció tan dura, recargada hacia mí, sobresaturada de quebrantos, que ni al ser propio encontraba. En menos de un mes había entrado en “el dilema del matrimonio con un alcohólico”; perdí al papá de mi único hijo, y junto con él se fueron las ilusiones de envejecer con alguien. Me culpaba mucho por no poder tolerar las aventuras de “vivir con un alcohólico sobrio”. Aunado a esto, también sucumbió mi madre, que tal vez no era la mejor, pero era la única que conocía con ese rol. La mayor parte de mis sueños de juventud se caían a pedazos y las ilusiones que Disney creó para mí durante toda la infancia, terminaron sin final feliz. La vida me ponía en un punto en el cual tenía que estar al frente de un hogar realizando labores domésticas, caminando a juzgados, activándome en el aspecto laboral, salvaguardando a un bebé con todo el bienestar que la UNICEF ha designado para los padres primerizos; encima de todo, hacerlo bien, pues la descendiente de un matrimonio contagiado por el alcoholismo, era yo...
Palabras clave: Alcohólico estilo de vida convivir con un adicto alcohol
2019-04-11 | 136 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 6 Núm.2. Abril-Junio 2018 Pags. 80-81 Sal Chiap 2018; 6(2)