Autor: Garza Elizondo Rosalía
Durante el desarrollo psicomotor del niño, el control voluntario de esfínteres es parte fundamental de su crecimiento, por su relevancia social, porque su retraso o regresión puede ocasionar problemas clínicos en el área personal, familiar y social. En el niño pequeño, las micciones son involuntarias, con vaciados vesicales incompletos. Durante el primer año de vida, la vejiga se vacía mediante el arco reflejo parasimpático medular, sin intervenir en el control cortical. En la mayoría de los niños, el control voluntario de la micción se va desarrollando entre los 18 meses y los 3 años. La continencia se alcanza cuando el niño es capaz de lograr la contracción voluntaria del esfínter externo de la uretra, mientras que el detrusor, que no está sometido a ninguna supresión cortical, se contrae de forma involuntaria.
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2020-02-18 | 588 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 41 Núm.1. Enero-Febrero 2020 Pags. 40-5 Acta Pediatr Méx 2020; 41(1)