Autores: Carrillo Arteaga Henry Sergio, Corona Cordero Andrea Lizbeth
Antecedentes: la trombosis intracardiaca, asociada con micosis sistémica, es poco frecuente en el recién nacido, aunque con elevada morbilidad y mortalidad. Puede ser secundaria a la instalación de un catéter central que se contamina por hongos. El trombo intracardiaco debe tratarse con fibrinolíticos, como el activador del plasminógeno tisular recombinante (rTPA). Este fármaco es sumamente efectivo para disolver el trombo y su efectividad debe vigilarse por ecocardiografía. Caso clínico: paciente prematuro de 30 semanas de gestación, con dificultad respiratoria después del nacimiento que requirió oxígeno suplementario. A los 14 días de vida se le instaló un catéter central por venodisección y 21 días después tuvo signos de respuesta inflamatoria sistémica acompañados de sangrado pulmonar y digestivo. Recibió múltiples esquemas de antimicrobianos y a los 35 días de vida se identificó Candida parapsilosis en el hemocultivo central y periférico, que respondió adecuadamente al tratamiento con voriconazol durante 28 días. A los 53 días de vida tuvo hipotensión persistente, taquiarritmias y el ecocardiograma reportó la existencia de un trombo gigante en la aurícula derecha que protruía al ventrículo derecho, a través de la válvula tricúspide. Se trató con el activador del plasminógeno tisular recombinante durante 12 horas, con lo que se consiguió reducir del tamaño del trombo intracardiaco hasta prácticamente desaparecer antes de su egreso. Conclusiones: la trombosis intracardiaca por hongos requiere el inicio temprano con antifúngico y el tratamiento adecuado del trombo con fibrinolíticos, como el rTPA, para evitar complicaciones potencialmente mortales en el recién nacido prematuro.
Palabras clave: Trombosis intracardiaca recién nacido catéter central trombo intracardiaco fibrinolíticos activador del plasminógeno tisular recombinante (rTPA)
2020-07-20 | 463 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 41 Núm.3. Mayo-Junio 2020 Pags. 128-34 Acta Pediatr Méx 2020; 41(3)