Autor: Tanur Tatz Bernardo
Gracias a la Mesa Directiva que preside el doctor Alfredo Cabrera Jardines que, con mi acúmulo de juventud, tengola oportunidad de dirigir estas palabras a tan distinguida audiencia.
Mi amigo de entonces, y hasta ahora –el doctor Rafael Sánchez Cabrera, que entre numerosos puestos fue director denuestra querida institución, el Hospital 20 de Noviembre,– y yo coincidimos en un curso de gastroenterología en minativa Guadalajara, y nos tocaba ser prosectores (más o menos por los años 70). En un periodo de descanso fuimos atomar unas bebidas en la piscina del hotel pletórico de damas y damitas de muy buen ver y con trajecitos propios denadadoras, “como dijeran los hombres de los pueblos hermosos del estado de Jalisco”, y le dije a Rafael: “–¿Cuándovamos a iniciar la medicina interna en México?”, y él dijo: “–Ahorita” y, claro, me entusiasmé y nos fuimos a sucuarto y escribimos los planes de inicio que consistían, por supuesto, en invitar a compañeros que ya habían tenido la misma idea.
Al respecto, por curiosidad, al determinar el nombre de la asociación que queríamos formar nos dimos cuenta que enlos años 30 o 40 los gigantes de la medicina en México iniciaron una asociación que se llamó Sociedad Mexicana deMedicina Interna, entre ellos, el Dr. Ignacio Chávez y otros, pero en pocos meses desapareció esa sociedad; nosotrosqueríamos que así se llamara para continuar con esa idea, pero ya estaba registrada y tuvimos que nombrarla AsociaciónMexicana de Medicina Interna, con las siglas AMMIN.
2020-12-21 | 230 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 9 Núm.3. Julio-Septiembre 2020 Pags. 139-143 Rev Mex Cirug Apar Diges 2020; 9(3)