Autor: Fontalvo Rivera Dilia
Con frecuencia la tuberculosis ha sido relacionada con la pobreza. Se presenta aumento como carga de morbilidad y el creciente número de casos de tuberculosis en coinfección
con VIH/SIDA, lo cual sobrepasa las estrategias de control para el manejo de dicha enfermedad. La problemática se complica aún más por la aparición de resistencia a los antifímicos. En el vigésimo informe, la OMS notificó para el año 2014 la existencia de 9.6 millones de casos nuevos de tuberculosis y 1.5 millones de muertes por dicha infección. De estas muertes, 890.000 fueron en varones, 480.000 en mujeres y 140.000 en niños (1). En menores de 15 años de edad se documentaron 490.000 casos de tuberculosis y 64.000 de muertes en VIH negativos. Para la tuberculosis multidrogoresistente en (TBMDR), la resistencia conjunta para isoniazida y rifampicina, fue de 3.5% en casos nuevos y 20.5% en casos tratados previamente (1). La enfermedad sigue siendo un problema de salud pública, por lo cual se generan actividades de promoción y prevención con el propósito de frenar su propagación. Una de las alternativas para su prevención es la elaboración de vacunas contra el agente etiológico en el humano, el Mycobacterium tuberculosis (M. tuberculosis), microorganismo que pertenece al complejo del cual forman parte M. bovis, M. bovis BCG, M. canneti, M.pinnipedii, M. africanum, M. microtti, M. caprae, M. mungi y M. orygis.
Palabras clave: Editorial
2021-04-07 | 243 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 6 Núm.2. Julio-Diciembre 2015 Pags. 229-232 Rev.cienc.biomed. 2015; 6(2)