INTRODUCCIÓN: normalmente existen colaterales entre el sistema venoso portal y la circulación sistémica. En circunstancias normales el flujo se dirige desde las colaterales hasta la porta; sin embargo, ante la presencia de hipertensión portal este se invierte dando lugar a la aparición de várices esofagogástricas. El gold estándar para el diagnóstico es la endoscópica digestiva y todo paciente con cirrosis debe realizarse el procedimiento dentro de los 12 meses siguientes al diagnóstico de cirrosis y en un período no superior a 3 meses, si presenta una cirrosis descompensada. Las várices se clasifican como pequeñas (< 5 mm) o grandes (> 5 mm) en función del tamaño, debe reportarse la presencia de puntos rojos en su pared, puesto que esta información, además del cálculo del Child Pugh Turcotte, es indispensable para la estratificación del riesgo y la definición de la necesidad en el uso de profilaxis frente a las hemorragias varicosas.
Los betabloqueantes no selectivos, y la ligadura endoscópica con bandas son los dos tratamientos actualmente aceptados para la prevención de la hemorragia varicosa. La elección de cada método dependerá de las características del paciente y de los recursos disponibles. Durante la hemorragia aguda el tratamiento está dirigido a la restitución de la volemia, la prevención de las complicaciones y el uso de vasoconstrictores asplácnicos que disminuyan el flujo de las colaterales portosistémicas. En los casos de hemorragia refractaria la derivación portosistémica intrahepática (DPPI) y los shunt portosistémicos quirúrgicos pueden ser de utilidad, pero su uso es limitado dado que estos tratamientos
solo se encuentran disponibles en centros hospitalarios de alta complejidad. Rev.cienc.biomed. 2015;6(2):381-389
Palabras clave: Várices esofágicas Cirrosis hepática Hemorragia digestiva Tamizaje.
2021-04-08 | 237 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 6 Núm.2. Julio-Diciembre 2015 Pags. 381-389 Rev.cienc.biomed. 2015; 6(2)