Cuando se ha ejercido la docencia en Medicina por mucho tiempo -más de 30 años- y reflexionamos sobre el quehacer y su eje: la enseñanza-aprendizaje concluimos, firmemente convencidos, que la enseñanza al lado de la cama es una estrategia central en la educación médica.
El encuentro de la persona que padece (el paciente) y de su presunto sanador (el médico) constituyen la esencia de la profesión médica y el hacerlo con los aspirantes a médicos presentes es la piedra angular de su formación. Esta reunión de individuos: uno con la angustia e incertidumbre de su posición, el otro con el deber ser y la intención de proporcionar bienestar y los otros tratando de apropiar los gestos, las palabras y las acciones del profesor con quien identificarse ha sido parte fundamental de la historia de enseñanza de la medicina occidental moderna.
Los profesores que seguimos el método clásico de enseñanza clínica privilegiamos la historia clínica o relato patográfico como lo llamara el historiador de la medicina, Pedro Laín Entralgo. De ese relato patográfico hace parte este momento de encuentro físico (phisis) que sigue a la entrevista o interrogatorio. El interrogatorio permite al médico introducirse en la vida misma de esa OTRA persona que solicita nuestro cuidado y mejora notoriamente el rendimiento diagnóstico
Palabras clave: Editorial
2021-04-16 | 224 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 10 Núm.1. Enero-Marzo 2021 Pags. 1-2 Rev.cienc.biomed. 2021; 10(1)