Autor: Ramos Cortes Pedro William
La Sociedad Internacional de Nefrología define a la enfermedad renal crónica (ERC) de acuerdo a la presencia de anomalías en la estructura o función del riñón, presente durante más de tres meses, con implicaciones para la salud. Cuando el riñón no es capaz de mantener una tasa de filtración glomerular por encima de 15 ml/min, el individuo ha alcanzado una enfermedad renal en etapa terminal, momento en el que la función renal ya no puede mantener la vida a largo plazo, por lo que debe iniciar con alguna terapia de reemplazo renal, en ellas la función del riñón de filtrar la sangre se complementa con equipos artificiales, que eliminan el exceso de agua, solutos y toxinas, la diálisis asegura el mantenimiento de la homeostasis (un ambiente interno estable) en personas que experimentan una pérdida rápida de la función renal. Actualmente se ha observado una creciente prevalencia de casos de pacientes que requieren terapia sustitutiva, específicamente hemodiálisis donde la evaluación de la sobrecarga hídrica es primordial y aún más en pacientes que presentan alteraciones no solo de hidratación sino también de tejidos, como sobrepeso u obesidad. A continuación se presenta el caso de una mujer de 25 años que acude a consulta de nutrición renal con diagnóstico de hipertensión arterial sistémica, obesidad, síndrome de ovario poliquístico y enfermedad renal crónica en etapa KDIGO-G5 en terapia de sustitución renal con hemodiálisis dos veces por semana con una duración de tres horas, en la que la valoración de la composición corporal y tratamiento nutricional son un reto para establecer el peso seco y controlar la obesidad, la cual puede causar otras complicaciones aunadas a las que se presentan en la ERC.
Palabras clave: Control de líquidos obesidad ovario poliquístico enfermedad renal crónica hipertensión arterial.
2021-05-06 | 1,017 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 3 Núm.2. Mayo-Agosto 2020 Pags. 52-58. Rev Mex Nutr Ren 2020; 3(2)