Completo

Introducción
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce a la depresión y sus enfermedades asociadas como la cuarta causa de discapacidad y muerte prematura en el mundo. (1) De acuerdo al Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales versión IV (DSM IV) la depresión se caracteriza por uno o más episodios depresivos en los que al menos durante dos semanas se presenta un estado emocional caracterizado por: presencia de tristeza, pérdida del interés y de la capacidad de disfrutar, acompañado de por lo menos cuatro síntomas de una lista que abarca: sentimientos de infravaloración o culpa, trastornos del sueño, alteración del apetito (cambios de peso), cansancio, falta de concentración y pensamientos recurrentes de muerte o ideación suicida. (2,3) La depresión disminuye la capacidad de las personas para hacer frente a los retos de la vida diaria, además incita al deterioro de las relaciones interpersonales, interrupción de la educación y conflictos en el área laboral.(3,4) El estrés, ansiedad y depresión prevalecen en las carreras de servicios públicos tales como trabajadores de la salud, profesionales de la enseñanza, empresarios y profesionales del servicio público. Los factores asociados a éstas patologías incluyen presión dentro del trabajo, plazos estrictos, demasiada responsabilidad y falta de apoyo de gestión. (5) La sociedad tiene expectativas altas sobre la capacidad de los médicos, encontrándose éstos en un ambiente competitivo así como estresante, siendo la depresión considerada concomitante a lo largo de la carrera y en especial durante el año de internado, donde los médicos internos de pregrado (MIPS) son sometidos a condiciones generales adversas como alimentación deficiente, horarios excesivos de trabajo pudiendo llegar a cumplir jornadas de más de 36 horas, privación del sueño, hostigamiento, maltrato, discriminación entre otros (2,6), sin olvidar que están expuestos al sufrimiento humano y la muerte, experiencia en la cual no se habían encontrado con anterioridad. (1) Éstas altas exigencias físicas, intelectuales y emocionales inciden en su desarrollo académico, pudiendo afectar la empatía con el paciente y el deterioro de la calidad de atención médica y sobre todo repercutiendo en la salud mental de los médicos al incrementar el riesgo de desarrollar algún tipo de enfermedad psiquiátrica, entre las que destaca el Trastorno Depresivo Mayor (TDM) que podría conllevar inclusive a abuso de sustancias y suicidio. (2,7-9) En México la carrera de medicina varía entre seis y siete años, el internado de pregrado corresponde al penúltimo año6, aún con el conocimiento de las repercusiones laborales, sociales y personales, los aspectos afectivos no suelen ser considerados al evaluar el desempeño que exige el internado de pregrado, resultando evidente la importancia de identificar la prevalencia y factores desencadenantes de depresión en los MIPS, pues la sencillez, alta especificidad y sensibilidad de las pruebas diagnósticas y el beneficio incuestionable de un diagnóstico temprano justifican plenamente el escrutinio periódico de depresión en médicos internos de pregrado. (8,9-12) En la República Mexicana encontramos escasos estudios enfocados en la depresión en médicos internos de pregrado, inclusive en nuestra ciudad no se cuentan con publicaciones al respecto. Por lo tanto siendo la depresión un factor importante para el profesional de la salud se esperó con éste trabajo conocer la frecuencia de rasgos de depresión y el grado de la misma en médicos internos de pregrado de la ciudad de Veracruz.

Objetivo
Analizar los factores de riesgo para depresión asociados a su ocurrencia de médicos internos de pregrado.

Material y métodos
El presente estudio se realizó en 4 hospitales públicos de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río: Hospital General de Zona No. 71, “Licenciado Benito Coquet Lagunes” Instituto Mexicano del Seguro Social (I.M.S.S.); Hospital Regional de Alta Especialidad, Secretaría y Servicios de Salud (S.S.V.); Hospital General del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (I.S.S.S.T.E.); Hospital Naval de la Secretaría de Marina Armada de México (H.N.), siendo un estudio observacional, transversal y descriptivo. Se aplicaron encuestas y el Test de Beck para depresión a los becarios que cursaron el Internado de Pregrado en dichos hospitales que cursaran los periodos enero-diciembre 2017 y julio 2017-junio 2018. Análisis estadístico: Se utilizó estadística descriptiva para las variables sociodemográficas, el análisis de las variables nominales se utilizó la prueba de Xi2, razón de momios (OR) para cuantificación del riesgo. Se empleó un nivel de significación estadística p<0,05. El análisis se llevó a cabo con software SPSS 23.0.

Resultados
Se estudiaron 141 médicos internos de pregrado, sus edades oscilaron entre los 22 y 29 años. El promedio de edad fue de 23.8 +/- 1.09 años. La distribución por sexo fue 54% (76) hombres y 46% (65) mujeres. Los internos que se encontraban en el HGZ 71 del IMSS correspondieron al 43.3% (61), en el Hospital General ISSSTE fue el 14.2% (20), mientras que el 14.9% (21) en el Hospital Naval, el 22.6% (32) pertenecientes al Hospital de Alta Especialidad de Veracruz de Salubridad y 5% (7) dentro del Hospital de Tarimoya del IMSS. Los MIPS pertenecientes a universidades públicas correspondieron al 55% y privadas 45%. Dentro del estado sentimental de los MIPS el 59.6% (84) eran solteros, mientras que los que se encontraban en una relación de pareja (noviazgo, unión libre, matrimonio) fueron el 40.4% (57). De éstos últimos sólo 3 reportaron hijos. El estado socioeconómico reflejó que el 0.7% (1) pertenecía a la clase alta, a su vez el 27.7% (39) a la clase media alta, mientras que el 29% (41) a la clase media, el 13.5% (19) correspondió a la media baja, el 12.8% (18) se encontró en la clase baja alta y el 16.3% (23) clase baja baja. En cuanto al IMC se presentó el 56.7% (80) dentro de los límites de la normalidad, versus 43.3% (61) que tuvieron peso anormal, correspondiendo fuera de los límites normales el 6.4% (9) en infrapeso, el 30.5% (43) con sobrepeso y el 6.4% (9) con obesidad. Los médicos internos de pregrado que refirieron algún tipo de toxicomanías se presentaron positivos para tabaquismo en un 20.6% (29), en alcoholismo un 61.7% (87) y en consumo de drogas un 10.6% (15). De acuerdo al patrón de sueño en un día sin guardia se clasificó en bueno al 37.6% (53), regular el 32.6% (46) y malo un 29.8% (42), mientras que en un día de guardia fueron 7.8% (11) bueno, regular un 5.7% (8) y malo el 86.5% (122). Los MIPS que se refirieron sin alguna patología conocida fueron el 97.2% (137). Quienes mostraron incremento en la frecuencia de enfermedades durante el internado de pregrado correspondieron al 45.4% (64). Los MIPS que refirieron haber padecido depresión en su vida correspondieron al 29.8% (42). A su vez el 22.7% (32) padeció depresión previo al internado y el 27% (38) refirieron depresión durante el año de internado. Al momento de la encuesta el 12.8% (18) indicaron presencia de depresión. Los MIPS que llevaron tratamiento farmacológico correspondieron al 17.7% (25), mientras que el 5.7% (8) indicó terapia psicológica y el 1.4% (2) ambos tratamientos. Quienes completaron dichos tratamientos fueron el 68% (17). Indicaron haber tenido ideas suicidas 13 (9.2%). Los familiares de los médicos internos de pregrado que han padecido depresión correspondieron al 38.3% (54). Mientras que los familiares que refirieron ideas suicidas fue el 14.2% (20). Los MIPS que tuvieron pérdida de algún familiar en el último año fue el 22% (31). El test de Beck de depresión mostró que el 68.8% (97) de los médicos internos se encontraban en parámetros de normalidad, mientras que el 31.2% (44) presentaron alteración en el estado de ánimo, siendo el 17.7% (25) dentro del grupo de leve perturbación del estado de ánimo, por otro lado el 7.1% (10) se encontró con estados de depresión intermitente y el 6.4% (9) con depresión moderada. (véase Tabla 1 en página 48) Se identificó que los resultados del test de Beck en relación al sexo de los médicos no fue estadísticamente significativo. La mayoría de los hombres presentaron un estado de salud mental normal siendo el 77.6% vs 58.5% de las mujeres, mientras que en las alteraciones del estado de ánimo el sexo femenino fue el que mostró niveles más altos, correspondiente a perturbación leve fue un 23.1% (Z=1.54; P=0.049), depresión intermitente 7.7% (Z=0.26; P=0.36) y depresión moderada 10.8% (Z=1.97; P=0.02). En el análisis de los resultados del Test de Beck de Depresión asociado a los Hospitales se obtuvo que el hospital con mayor porcentaje de médicos internos en parámetros normales fue el HGZ 71 del IMSS con 75.4% de su población, seguido por el Hospital naval con 71.4%, el ISSSTE 65%, HAEV 62.5% y el Hospital Tarimoya con 43%. Dentro de las alteraciones del estado de ánimo en la clasificación de leve perturbación del estado de ánimo el Hospital General ISSSTE fue el que tuvo el porcentaje más alto con 30%, dentro del grupo de depresión intermitente encabezó el Hospital Tarimoya con 14% y por último el hospital con más médicos internos clasificados en depresión moderada fue el Hospital Tarimoya con el 14%. Por consiguiente se establece una diferencia significativa entre los MIPS del Hospital de Tarimoya en la frecuencia de alteraciones del estado de ánimo en relación con los MIPS de HGZ 71 (X2= 21.73; P=<0.001). Se reportó que los médicos internos pertenecientes a Universidades Privadas se encontraban con un estado emocional normal del 73% en comparación con el 65.2% de las escuelas públicas sin encontrarse diferencias estadísticamente significativas (P=0.1469). Dentro de las alteraciones del estado de ánimo en el grupo de leve perturbación el 19.4% de los universitarios de escuela pública superaron a los de escuela privada (15.3%), sin embargo en el parámetro de depresión intermitente los que sobresalieron con éstas alteraciones fueron los pertenecientes a universidad privada con 8.5% vs 7% de universidad pública, por último en el mayor grado de depresión (depresión moderada), los médicos internos de escuelas públicas prevalecieron con 8.3% vs 3.3% de los pertenecientes a universidades privadas. En ninguna de las categorías de alteraciones del estado de ánimo se identificaron diferencias estadísticamente significativas. El grupo de médicos que indicaron tener una relación de pareja (noviazgo, unión libre, matrimonio) prevaleció en el parámetro de normalidad con 70.5% de su población vs 68% de los solteros (P=0.36). Del grupo de solteros un 21.3% correspondió al nivel de leve perturbación superando el 12% de los que se encontraban en una relación sentimental. Sin embargo en el resto de los niveles se observó que los médicos con pareja sobresalieron con alteración del estado de ánimo, siendo 8.8% vs 6% de solteros en depresión intermitente y 8.8% vs 4.8% en depresión moderada respectivamente. Se identificó una diferencia estadística (P=0.002) entre la asociación de depresión y la clase social en los médicos internos de pregrado. La presencia de alteración del estado de ánimo, se identificó normal en el 100% de la clase alta (1), seguida por leve perturbación prevaleció la clase media baja con 31.6% (6), depresión intermitente sobresalió la clase media baja con 21% (4) y finalmente depresión moderada en la clase baja alta con 28% (5). (véase Gráfica 1) La asociación entre los médicos que presentaron depresión alguna vez en su vida previo al internado y a los resultados del test de Beck de depresión fue estadísticamente significativo con una P <0.05. Se obtuvo que el 80% (67) de los que nunca habían padecido depresión se encontraban en parámetros normales al contestar el test vs 40.5% (17) de los que sí padecieron dicha enfermedad. En las alteraciones del estado de ánimo se observó la prevalencia de los médicos internos que padecieron depresión previo al internado de pregrado ya que sobresalieron con 23.8% (10) vs 16.5% (14) en el grupo de leve perturbación, 14.3% (6) vs 3.5% (3) en depresión intermitente y 21.4% (9) en depresión moderada. (véase Gráfica 2) Se encontró una significancia estadística en la asociación entre los médicos que presentaron depresión durante el internado y la presencia de depresión con el test de Beck siendo una P < 0.05. Se obtuvo que el 82.7% (76) de los que indicaron no padecer depresión durante el internado de pregrado se encontraban en parámetros normales al contestar el test vs 36.8% (14) de los que sí lo padecieron. En las alteraciones del estado de ánimo se observó la prevalencia de MIPS que refirieron depresión durante su internado ya que sobresalieron con 26.4% (10) vs 14% (13) en el grupo de leve perturbación, 18.4% (7) vs 2.3% (2) en depresión intermitente y 18.4% (7) vs 1% (1) en depresión moderada. (véase Gráfica 3 en página 50) Se obtuvo que hay un riesgo de 2.77 veces más de presentar una alteración del estado de ánimo si se cuenta con el antecedente familiar de depresión (Ic95%= 1.26-6.09). Dentro de éstas alteraciones se observó la presencia de un riesgo de 1.73 veces más para presentar perturbación del estado de ánimo si se cuenta con antecedentes familiares del mismo (Ic95%= 0.69-4.34). A su vez hay un riesgo de 2.31 veces más de manifestar una depresión intermitente en personas con antecedentes familiares de ésta patología (Ic95%= 0.48-11.03). Existe una relación entre los antecedentes familiares de depresión y el nivel de depresión moderada (P=0.002), siendo Z= 3.47. (véase Tabla 2 en página 50)

Discusión
El presente estudio muestra la presencia de depresión y los factores de riesgo relacionados a ésta en 141 médicos internos de pregrado pertenecientes a hospitales que se encuentran en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río. El 20.6% de los médicos internos de pregrado con un promedio de edad de 23 años consumen tabaco, de éstos el consumo de forma ocasional fue del 17.1% y diario 3.5% mientras que lo reportado por la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (ENCONAT 2017) señala que el 20.1% de la población mexicana de 18 a 65 años consume tabaco, 12.5% de forma ocasional y 7.6% diaria. A su vez en el Estado de Veracruz el 14.1% tienen el hábito tabáquico y de éstos el 9.4% ocasional y el 4.6% diario.(25) Aunque los médicos internos no se encuentran por arriba de la media nacional es un porcentaje casi similar el que tienen tomando en cuenta el promedio de edad en comparación al grupo de estudio nacional, por lo anterior se asume que éste hábito por dichas cifras es alarmante, ya que predispone a diferentes enfermedades y al deterioro de la salud en general a corto y a largo plazo. La ENCONAT 2017 reporta que el 53.3% de la población mexicana consume alcohol, la cual se ubica por debajo de nuestra investigación con el 61.7%.(26) Esto nos muestra que siendo el grupo de edad de la ENCONAT de 18 a 65 años mucho más grande que el del presente trabajo (22-29), nuestra población tiene porcentajes más elevados de consumo de bebidas alcohólicas, lo cual podría agravarse en los próximos años. El consumo de drogas que se presentó en nuestra población de estudio fue el 10.6%, estando por arriba de lo reportado por ENCODAT 2017 quienes refieren que la población mexicana entre los 18 y 34 años de edad han consumido alguna vez en su vida drogas en un 10.3% y durante el último año el 5%, sin embargo en cuanto a la población del Estado de Veracruz el 15.7% de ésta consume drogas, estando por arriba de la cifra reportada en nuestro estudio. (27) No se encuentran estudios nacionales donde muestren el nivel de consumo de alcohol, tabaco y drogas en médicos internos de pregrado, sin embargo Guerrero LJB et al reportaron en estudiantes de medicina de la UNAM que el 13.9% de éstos fuman y 36.3% consumen bebidas alcohólicas, por lo que nuestro grupo de estudio se encuentra por arriba de los porcentajes nacionales.(23) Los médicos internos de pregrado al encontrarse por encima de la media nacional en consumo de alcohol, tabaco y drogas se están poniendo en riesgo aún con el daño que saben que produce y el modelo conductual que representan ante pacientes y sociedad. En la ENSANUT 2016, la proporción de personas con un IMC mayor a 25kg/m2 de la población con edad de 20 a 29 años correspondió al 72.5% mientras que en nuestro estudio el porcentaje identificado fue del 36.9%. En cuanto al sobrepeso, la muestra estudiada obtuvo un porcentaje de 30.5%, menor al comparado con la ENSANUT 2016 de 39.2%. Se registró obesidad en el 6.4% de los médicos internos, mientras que la media nacional lo supera con 33.3% de la población.(28) Si bien el porcentaje es menor a lo reportado a nivel nacional en personas de la misma edad a la estudiada y nuestro estudio no presentó significancia estadística en relación a éstos parámetros y la depresión, cabe mencionar que la literatura marca la relación entre sobrepeso y obesidad con presencia de alteración del estado de ánimo (depresión) por lo que podría conllevar a futuras complicaciones o recidivas en los médicos. El trastorno del sueño (Trastorno no orgánico del ciclo sueño-vigilia) comprendido por dormir menos de 7 horas o tener trastornos del ciclo circadiano (29) se encontró en un día sin guardia en el 29.8% de los MIPS, mientras que en un día con guardia fue del 86.5%, que comparado con la media nacional sobrepasa ambos porcentajes, ya que en ENSANUT 2016 muestra que la población que duerme menos de 7hrs es del 28.4% en adultos jóvenes.(28) Por lo anterior es preocupante ya que la privación del sueño se ve asociada a inestabilidad emocional, enfermedades cardiovasculares y metabólicas, inmunodeficiencia, alteraciones cognitivas, alteración de la consolidación de la memoria e inhibe la atención general haciendo más difícil el procesamiento de nueva información y la respuesta a eventos pudiendo verse afectada el actuar de los médicos, su salud y la interacción en la sociedad.(30) El porcentaje de MIPS que indicaron ideación suicida correspondió al 9.2%, en contraste con lo reportado por Jiménez LJL et al donde el 2.4% de los residentes del Hospital de Especialidades Centro Médico la Raza de la Ciudad de México presentó riesgo suicida a mitad del curso de su especialidad. (16) Es de particular interés ya que éstos pensamientos continúan con conductas suicidas (intentos) hasta finalizar con el suicidio consumado si no se cuenta con atención oportuna. Se observó que el 31.2% de médicos internos de pregrado padecieron alguna alteración del estado de ánimo (depresión), superando la prevalencia global del 28% en jóvenes que cursan la licenciatura de medicina en un meta análisis de 77 estudios. (9) De igual forma se encontró por arriba en comparación a Fouilloux MC. quien reportó que el 10.5% de alumnos que cursan la carrera de medicina en México cuentan con algún tipo de depresión. (6) La distribución por sexo fue similar a lo reportado a nivel mundial, siendo más frecuente en el género femenino. (7,9,18,23) Shabbir MH et al de Pakistán reportaron que de la población con depresión el 53.9% perteneció al sexo femenino , mientras que en el presente trabajo fue del 61.3%.(1) El predominio de la prevalencia de depresión en mujeres se ha reportado en múltiples estudios, donde mencionan incluso que se presenta aproximadamente el doble que en hombres y las variaciones que se reflejan son resultado de distribuciones socioculturales de las poblaciones.(31) Ramos LL menciona que las mexicanas tienden a la depresión sobre todo si son jefas de familia, se dedican exclusivamente a labores del hogar o a cuidar algún enfermo, así como el bajo nivel socioeconómico, desempleo, aislamiento social, experiencias de violencia, consumo de sustancias adictivas y migración.(32) Dentro de las alteraciones del estado de ánimo el grupo con depresión moderada se encontró por debajo de lo documentado en el extranjero, ya que se presentó en un 20.5% vs Brenneisen FM y cols en Brasil quienes reportaron 41.3% y Sobowale K. en China 51.4% mientras que la India obtuvo porcentaje menor (15%).(9,17) No obstante, en el grado de depresión severa en China e India refirieron 13.5% y 26.1% respectivamente, contrario a nuestro grupo estudiado en el cuál no se encontraron médicos con grado de depresión severa.(17,19) De acuerdo a nuestro estudio, las universidades privadas presentaron depresión leve en un 23.7%, porcentaje menor a lo reportado en Brasil quienes refirieron un 30.6%. En cuanto a las escuelas públicas, nuestro grupo de estudio arrojó un porcentaje de 25.4%, encontrándose de nuevo por debajo de Brasil con 26.5%.(9) El Test de Beck mostró que los médicos internos de pregrado de nuestro estudio que presentaron algún nivel de depresión correspondieron al 31.2%, encontrándose por arriba de los estudios a nivel nacional, donde la Universidad Autónoma de San Luis Potosí reportó 17%, la Universidad Autónoma de Aguascalientes 16%, UNAM 5.7% y Mexicali 28.6%. (2,6,7) Se encontró una asociación entre depresión y clase social con una diferencia estadística de P=0.002, al igual que en el estudio de Guerrero LJB et al y Romo NF et al de la UNAM quienes refirieron una significancia estadística de P=0.045 y P=<0.001 respectivamente, indicando que a mayor nivel de depresión menor es el estrato socioeconómico.(7,23) La asociación entre los médicos que presentaron antecedente de depresión previo al internado y a los resultados del test de Beck de depresión fue estadísticamente significativo (P= <0.05), lo cual también se vio reflejado en el estudio de la UNAM de Romo NF et al quienes refirieron un porcentaje de 12.1%.(7) En cuanto a los antecedentes familiares de depresión y su asociación a la presencia de depresión fue estadísticamente significativo (P= < 0.05), misma significancia reportada por Vázquez RLA et al. en residentes de la Ciudad de México y Rivera RL M et al en estudiantes universitarios de medicina P=<0.05.(10,21) Lo anterior contribuye a prestar atención a los antecedentes familiares, en especial la familia directa con depresión ya que dependiendo de esto y la personalidad del individuo puede contribuir a padecer dicha condición.(20) Nuestro estudio muestra que en comparación a cifras nacionales los médicos internos de pregrado de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río presentan un incremento en el consumo de tabaco, alcohol y drogas, así como la persistencia de sobrepeso y depresión, características que son alarmantes dentro del ámbito hospitalario y fuera de éste. El estado de salud mental en los médicos internos de pregrado se encuentra deteriorado, afectando el desenvolvimiento médico y su calidad de vida; a su vez depende de la susceptibilidad de cada individuo para desencadenar episodios depresivos de diversa intensidad al verse afectados por los diversos factores del año de internado, generando gran impacto en el estado de anímico del médico.

Conclusiones
La salud general de los médicos internos que formaron parte del estudio se encontró con alteraciones del sueño en el 29.8% en un día sin guardia y el 86.5% en un día de guardia, el 43.3% se encuentra con IMC anormal (sobrepeso, obesidad, infrapeso), el 20.6% tiene hábito tabáquico, el 61.7% consume alcohol y el 10.6% consume drogas. Dentro del ámbito mental el 29.8% de los MIPS han padecido depresión y 31.2% actualmente lo padecen (identificado por el test de Beck de depresión), a su vez se encontró una asociación de depresión con los antecedentes personales y familiares del mismo (P=<0.05). Las condiciones de salud mental en las que ingresan los estudiantes de medicina al internado de pregrado, así como sus antecedentes y factores hospitalarios, marcan el tipo de salud con el que se enfrentan en ese año y el resto de su vida profesional, reforzándose en muchos casos hábitos negativos como alteraciones del sueño, de la alimentación y estrés, por consiguiente las condiciones de los MIPS deben ser evaluadas desde el ámbito universitario para permitir caracterizar a cada uno, logrando incidir en los factores que favorecen cualquier tipo de alteración metal. Con la finalidad de reducir el riesgo de sufrir algún grado de depresión y propiciar que los MIPS cuenten con una mejor salud, se espera hacer consciencia en la elaboración de programas que implementen evaluaciones rutinarias desde el inicio de la carrera de medicina para detectar alteraciones conductuales y de ésta manera se logre un diagnóstico oportuno, así como tratamiento, disminuyendo complicaciones a corto y largo plazo que resulten de la depresión. Los departamentos de enseñanza de los diversos hospitales deben considerar la habilidad emocional con la que ingresan los médicos internos de pregrado y la prevalencia de desarrollar la depresión, para así poder establecer programas que identifiquen dicha alteración y brindarles una atención oportuna para un mejor desempeño intrahospitalario y personal.

Palabras clave: Depresión Médicos Internos de Pregrado.

2021-09-25   |   789 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 13 Núm.2. Julio-Diciembre 2018 Pags. 45-53 Rev Invest Cien Sal 2018; 13(2)