“El azar favorece sólo a la mente preparada”
Louis Pasteur
Muchos descubrimientos científicos han sido el resultado de la casualidad. Tal es el origen de la quimioterapia sistémica.
El gas mostaza, una de las armas químicas más destructivas de la Primera Guerra Mundial, fue el inicio para la investigación de terapias efectivas contra el cáncer, no disponibles hasta entonces. El Dr. Edward Krumbhaar, en 1919, había descrito sus efectos sobre las células sanguíneas (leucopenia), entre otros. Sus secuelas en la guerra fueron tan devastadoras que la Convención de Ginebra en 1925, prohibió el uso de armas químicas en los enfrentamientos bélicos.
2022-01-29 | 153 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 31 Núm.4. Octubre-Diciembre 2019 Pags. 215-216 Rev Venez Oncol 2019; 31(4)