Autor: Ramos Pozón Sergio
Sr. Editor,
El concepto de futilidad se utiliza con frecuencia en el ámbito médico. Aunque ciertamente hay muchas propuestas de definiciones y enfoques, en líneas generales se refiere a la relación intrínseca entre una acción y un objetivo esperado, y se puede diferenciar 3 tipos de futilidad: fisiológica, cuantitativa y cualitativa. Este término se acepta en medicina general; sin embargo, hay discrepancia y poco uso en salud mental. Recientemente ha surgido literatura sobre su uso y/o su legitimidad en dicho ámbito. Se ha considerado que el juicio de futilidad en algunas enfermedades mentales, como por ejemplo la anorexia nerviosa, debería ser apropiado si hay constancia de mal pronóstico, el tratamiento indicado no aporta una respuesta terapéutica efectiva, hay un deterioro físico y psicológico progresivo o hay indicios de un curso inexorable y terminal.
Su uso en salud mental no ha estado exento de críticas e incluso se ha debatido su significado clínico y su justificación ética y legal. Pese a la carencia de unanimidad sobre su legitimidad, se suele aceptar la tesis de que un profesional sanitario no debería estar obligado a ofrecer tratamientos que no vayan a ser beneficiosos o que sean ineficientes para el paciente, pero eso no exime de que haya diálogo y discusión sobre alternativas terapéuticas, de modo que, aunque se carezca de tratamientos efectivos para el caso concreto, esto no invalida que haya que intentar los cuidados paliativos.
2022-06-09 | 210 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 51 Núm.2. Abril-Junio 2022 Pags. 87-88 Rev Col Psiqui 2022; 51(2)