Autores: León-Jiménez Franco, Castro-Giner Sergio
Sr. Editor. Frecuentemente en nuestros hospitales estamos acostumbrados a ver el proceso del morir como si fuera un hecho de poca monta. La fidelidad a los protocolos y la necesidad de entregar la guardia lo más “limpia posible”, contribuyen a éste hecho. Poco nos importa (me incluyo), el cómo se encuentra la persona humana en su proceso hacia la muerte.Existen protocolos para todo: reanimación cardiopulmonar, enfoque diagnóstico de los problemas más frecuentes, pero no existe un modelo al que puedan adherirse, al menos la mayor parte del personal sanitario, para atender al ser humano próximo a morir.El estar ante la posibilidad de morir, pone a la persona en un encuentro consigo misma. Aquí no hay otras posibilidades: aferrase a la vida con dientes y uñas o ingresar en el descanso de saber que es un paso hacia una vida futura. En éste tránsito, creemos, el personal sanitario debe acompañar a los enfermos, no sólo como personas creyentes sino también como parte del proceso de atención integral al paciente. El problema es que el ver sufrir a alguien, si no se interpreta desde la fe, es una monstruosidad o producto solamente del (1)destino y no tiene sentido .
Palabras clave: EXTREMAUNCIÓN EN UNIDADES CRÍTICAS
2024-02-16 | 101 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 1 Núm.2. Julio-Diciembre 2015 Pags. 74 REM HRL 2015; 1(2)