Efecto de los edulcorantes no calóricos en la microbiota intestinal

Autores: Castelazo Paz Montserrat, Quiroz Olguín Gabriela

Resumen

A lo largo del intestino grueso se albergan 100 trillones de bacterias, las cuales juegan un papel esencial en la digestión y absorción de los alimentos. La composición y la actividad de la microbiota intestinal son susceptibles de ser alteradas por factores dietéticos como la ingestión de fibra, almidón, medicamentos o edulcorantes no calóricos. Los edulcorantes son químicos que producen un intenso sabor dulce en bajas concentraciones, que pueden interferir en el metabolismo intestinal al cambiar el fenotipo metabólico y, por lo tanto, causar disbiosis. Esto puede afectar la respuesta fisiológica que controla la homeostasis, alterar el ambiente intestinal y promover el proceso inflamatorio que está relacionado con desórdenes metabólicos. Aunque los edulcorantes fueron creados con la premisa de que su consumo impactaría al aminorar la ingestión calórica, llevando a una pérdida de peso y disminución de la diabetes mellitus, actualmente se cree que su uso está asociado con ganancia de peso, alteración de la homeostasis de la glucosa, reducción de la saciedad y alteraciones de la microbiota intestinal. Se realizó una revisión narrativa para conocer los efectos de los edulcorantes en la microbiota intestinal, mediante una búsqueda literaria en la base de datos PubMed con términos MeSH. Se obtuvieron un total de 590 artículos, de los cuales se analizaron 31 estudios. Los resultados encontrados en animales reportan que una exposición crónica a edulcorantes conduce al aumento de la ingestión calórica, de peso y de adiposidad; sin embargo, los resultados en humanos indican inconsistencias. Además, la exposición crónica puede tener efecto en la microbiota intestinal, pero no es la única causa de la disbiosis.

Palabras clave: microbiota microbioma gastrointestinal edulcorantes no nutritivos.

2025-05-09   |   49 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 16 Núm.1. Enero-Abril 2025 Pags. 1294-1300 Rednutricion 2025; 16(1)