Autor: Quijano Narezo Manuel
Y bien, ya estamos aquí, en el nuevo siglo y en el nuevo milenio. Sin necesidad de invitación alguna, nos ponemos todos a desear y a imaginar, a delinear qué es lo que queremos para el futuro; no sólo el propio, sino en el de nuestra ciencia, de nuestra profesión y de nuestro país. Sin consultar más adelante, descubro el consenso: alto al crecimiento demográfico, a la desnutrición, a la deserción escolar, todo lo cual provoca ignorancia; a la superstición, a la intolerancia, a la corrupción y la impunidad, a la baja productividad, porque todo ello provoca pobreza… Y en el plano superior, de gobierno, de promesas electorales, de acciones de la oposición, lo que deseamos es congruencia, racionalidad, honestidad, y que lo que un día se define de alguna manera, no se contradiga al siguiente, que lo que afirma mi vecino de la izquierda no se cambie cuando se sitúa a mi derecha; que lo que se llama moderno, nacionalista o democrático, no se convierta en propio de una fracción de la comunidad, así sea la marginada, la miserable o la indígena.
Palabras clave: .
2003-04-03 | 815 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 43 Núm.1. Enero-Febrero 2000 Pags. 3. Rev Fac Med UNAM 2000; 43(1)