Aun cuando estas líneas se leerán a finales del mes, los acontecimientos ocurridos en Ciudad Universitaria el día de ayer, ameritan un comentario... que será tan solo la continuidad de nuestro pensamiento expresado en los editoriales aparecidos en la Revista desde abril de 1999. Una opinión que puede considerarse universal ahora, tanto entre universitarios como en la sociedad civil es que el paro en la UNAM tuvo una etiología "política" y utilizó como pretexto el aumento de cuotas —muy generoso, por otra parte, pues se aplicaba sólo a los que pudieran solventarlo—. Después, para ocultar sus fines, se le agregaron peticiones populistas como el regreso al pase automático o la no evaluación por instancias autónomas como el Ceneval, sólo para prolongar el conflicto (pues era ésta la consigna de los misteriosos asesores políticos o de algunos que, por convicción, parecían apoyar el paro). Además actuaban las postizas manifestaciones de que la juventud quiere siempre cambiar el mundo, de los clichés político-progresistas, y la búsqueda de apoyo por organizaciones populares de nombres conocidos y del EZLN. Al paso de los meses el hecho real era el secuestro de las instalaciones de enseñanza, investigación y difusión de la cultura que son las funciones substantivas de la Universidad y la decisión de sabotear cualquier intento de arreglo por la vía del diálogo.
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2003-04-03 | 821 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 43 Núm.1. Enero-Febrero 2000 Pags. 4-5. Rev Fac Med UNAM 2000; 43(1)