Utilidad de la proteína C-reactiva como índice de asfixia en recién nacidos con puntaje de Apgar bajo

Autores: Caballero Noguéz Bonifacio, Calderón Villagómez Javier, Rodríguez Bucheli Jiménez Eduardo, Flores Colín Irma, Quiróz Maldonado Mario

Resumen

Objetivo: Evaluar la utilidad de la proteína C-reactiva (PCR) en la sangre del cordón umbilical como índice de asfixia en neonatos con puntaje bajo de Apgar. Método: Se seleccionaron 108 neonatos con registros de Apgar. A todos se les midió la PCR en la sangre, en las 6 horas de vida. Se formaron tres grupos de 36 niños apareados por edad gestacional, quedando constituidos de la siguiente manera: grupo I (control) con puntaje de Apgar mayor o igual a 7 al minuto de vida y con pH > a 7.2; grupo II con puntaje de Apgar igual o menor a 6 al minuto 1 de vida y con pH > 7.2; grupo III con puntaje de Apgar igual o menor a 6 al minuto 1 de vida y con pH < 7.2. La medición de PCR se hizo en las primeras 6 horas de nacer. Las mediciones de pH y PCR fueron hechas en sangre de cordón umbilical. Resultados: No hubo significación estadística en el nivel sérico de la PCR entre el grupo con puntaje de Apgar menor o igual a 6 y pH > a 7.2 con el grupo control, durante el estudio p = 0.5. Mientras que entre los grupos con puntajes de Apgar menores o iguales a 6 y pH < a 7.2 y el grupo control existió una diferencia estadística significativa (p < 0.01). De igual manera ocurrió entre los grupos II y III, aunque en este caso resultó ser menor (p < 0.05). Conclusiones: La concentración de PCR en el suero no tiene una correlación indirecta con puntajes bajos, de Apgar cuando el valor de pH en la sangre del cordón umbilical es mayor a 7.2 unidades. Por eso la determinación de PCR puede ser un índice indirecto de la asfixia, aunado a otros indicadores clínicos presentes en neonatos con antecedente de Apgar bajo al nacer.

Palabras clave: Proteína C-reactiva Apgar asfixia.

2002-12-02   |   1,847 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 68 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2001 Pags. 234-236. Rev Mex Pediatr 2001; 68(6)