El camino hacia la comprensión molecular de las enfermedades

Autor: Tusié Luna María Teresa

Fragmento

Hace poco más de 15 años la identificación de una mutación en un paciente requería de varios meses de trabajo en un laboratorio de investigación que contara con la infraestructura propia de países del primer mundo. Para ello era necesario aislar (clonar) el fragmento genómico a partir de una biblioteca de DNA obtenido de los linfocitos de sangre periférica del paciente. El DNA genómico se digería con alguna enzima de restricción (enzimas de origen bacteriano), para generar fragmentos de DNA que serían insertados en plásmidos. Los plásmidos son utilizados como vectores de clonación, ya que son capaces de infectar bacterias y dentro de ellas multiplicarse. En 10 o 20 cajas de Petri con agar se crecían entonces cientos a miles de colonias bacterianas, cada una con un fragmento de DNA genómico distinto. De estas placas se hacían copias en membranas de nitrocelulosa, con el fin de identificar a través de un ensayo de hibridación a “la clona” que portara el fragmento del gen que se pretendía analizar por secuencia. Las técnicas de secuenciación manual eran también rudimentarias. En aquel entonces sólo era posible analizar genes para los cuales se contara con el fragmento del gen normal que servía como “sonda” de hibridación para tamizar la biblioteca genómica. El resultado de este enorme esfuerzo era pequeño, ya que sólo era posible buscar mutaciones asociadas a algunas enfermedades en un grupo muy reducido de pacientes. Suponíamos en aquel entonces que la comprensión molecular de las enfermedades estaba limitada por las estrategias metodológicas existentes.

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2003-05-07   |   1,385 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 55 Núm.2. Marzo-Abril 2003 Pags. 138-142. Rev Invest Clin 2003; 55(2)