Plegaria por el entorno

Autor: Quijano Narezo Manuel

Fragmento

a Armando Sandoval (In Memoriam) autor de “Nada Animal me es Ajeno” Es un lugar común reconocer y alertar por todos los medios de la insidiosa crisis ecológica que se cierne sobre el mundo; insidiosa y por ello más peligrosa, pues sus daños se harán evidentes dentro de algún tiempo, cuando este tercer planeta del sistema solar se haya convertido, si no en inhabitable, en insuficientemente productivo. Cuando hace dos millones de años surgieron los homínidos su impacto fue mínimo; pero al crecer su cerebro, expandirse por toda la superficie y aumentar su número a más de seis mil millones, han utilizado y cambiado el 40% de la tierra con siembras, pastoreo o bosques con enorme efecto sobre la atmósfera, los suelos y los océanos. Y, por si éramos pocos, la población en 50 países pobres se triplicará en el próximo medio siglo. El aumento de la capacidad humana para impactar, léase explotar, la naturaleza, junto con la explosión demográfica, terminaron con la sabiduría de las estructuras institucionales para la convivencia del hombre con su entorno. Personalmente, hasta ahora comprendo aquellos versos gongorinos que se recitaban en secundaria (cito de memoria): “Estos, Fabio, ay dolor, que ves ahora/campos de soledad, mustio collado/fueron otrora Itálica famosa”.

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2003-05-12   |   832 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 45 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2002 Pags. 241-242. Rev Fac Med UNAM 2002; 45(6)