Autor: Garduño Espinosa Armando
La transfusión sanguínea es un recurso terapéutico aceptado por las ciencias médicas y todavía de inigualable beneficio en pediatría, particularmente útil en las áreas de neonatología, hematología, oncología, traumatología, medicina crítica. Su empleo, muchas veces representa la diferencia entre una buena o mala evolución; sin embargo, a pesar de sus beneficios indiscutibles, la transfusión es un procedimiento con riesgo, ya que puede dar origen a serias complicaciones, incluso mortales. Hasta hace pocos años las complicaciones alcanzaban el 20%. Gracias a los mejores y rigurosos controles actuales esta cifra ha descendido en forma notable. ¿Qué consideraciones éticas existen en esta práctica tan frecuente y benéfica, pero potencialmente peligrosa? 1º. A pesar de ser un procedimiento de riesgo, en la práctica médica ha prevalecido una actitud sumamente laxa respecto a sus indicaciones. Los médicos utilizamos las transfusiones como medidas que no siempre se justifican, tales como mejorar terceros espacios; como fuente de proteínas o inmunoglobulinas; para elevar la cifra de hemoglobina a más de 10 g en el preoperatorio; para mejorar la eficiencia respiratoria en niños graves. En tales situaciones no hay suficiente base científica que apoye su uso. Esto obliga a hacer énfasis en que la primera obligación moral es la competencia, es decir, la pericia técnica a fin de que el médico utilice prácticas clínicas validadas, que incluso representan la primera obligación legal.
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2003-05-22 | 7,334 visitas | 1 valoraciones
Vol. 24 Núm.2. Marzo-Abril 2003 Pags. 81-82. Acta Pediatr Méx 2003; 24(2)