Autor: De la Fuente Juan Ramón
Merced a los avances de las ciencias básicas que la nutren y a sus logros terapéuticos, la psiquiatría ha experimentado en las dos últimas décadas cambios profundos que se expresan en los requerimientos del adiestramiento y el ejercicio profesional de quienes la practican. Los cambios que nos ha tocado vivir son tanto más notables cuanto que en el pasado la psiquiatría había quedado a la zaga de otras especialidades médicas por razones históricas que han sido ampliamente analizadas. Sólo menciono que, aislada del resto de la medicina, la psiquiatría se vio escindida en dos corrientes que compitieron entre sí. Una, la corriente biologista, iniciada por E. Kraepelin, y otra, la corriente psicoanalítica, nutrida por las proposiciones de S. Freud. El giro hacia una nueva psiquiatría se inició con la introducción en el uso clínico, en 1960, de fármacos eficaces para restaurar el afecto abatido y restablecer el perdido contacto con la realidad. Este fue el punto de partida para el desarrollo en la terapéutica y un estímulo poderoso para la investigación del sustrato neural y molecular de los trastornos mentales. Podemos decir que la psiquiatría ha definido con claridad su campo y sus fronteras con otras especialidades médicas, en tanto que paso a paso acumula los conocimientos para construir una fisiopatología propia, cuyo sustrato cerebral y bioquímico se construye día con día. De hecho, actualmente la gran expectativa es actuar sobre la mente por intermedio del cerebro...
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2003-07-17 | 3,292 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 24 Núm.4. Agosto 2001 Pags. 1-2. Salud Ment 2001; 24(4)