In memoriam

Seymour S. Kety, psicobiólogo (1915-2000) 

Autor: Díaz Meza José Luis

Fragmento

Seymour S. Kety ha muerto después de una larga vida dedicada a la investigación psiquiátrica, o como él prefería denominarla más adecuadamente, a la psicobiología. Enumerar sus contribuciones al campo sería demasiado extenso e impersonal para alguien que tuvo la fortuna de tratarlo de cerca en calidad de alumno y protegido. Sin embargo, para comprender su personalidad científica, sí es necesario subrayar que Kety sufrió varias transformaciones notables durante su carrera. Al menos se le recordará por contribuciones clásicas en tres campos dispares de la indagación neuropsiquiátrica; me refiero a los estudios sobre la circulación y oxigenación cerebral que son los fundamentos metódicos de las imágenes cerebrales actuales, a sus aportaciones sobre el papel de las catecolaminas cerebrales en la transmisión nerviosa y las actividades mentales normales o patológicas que empujaron la era molecular de la psiquiatría, y sus estudios poblacionales sobre la genética de la esquizofrenia realizados en colaboración con los daneses, que resultaron de un intenso interés y controversia para la especialidad y sus adversarios. Esta simple lista lo acredita como neurofisiólogo, neuroquímico, psiquiatra, epidemiólogo y genetista. Quizás para no tener que desglosar estos y otros epítetos convenga concordar con él en que se trataba sencillamente de un psicobiólogo, un investigador interesado en las bases y fundamentos biológicos de la mente. Esta es mi primera gratitud con él: la idea de que es posible en los tiempos que corren de ser un psicobiólogo, es decir un curioso de amplio espectro en una interdisciplina dura, la que tiene como objeto la relación mentecuerpo.

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2003-07-18   |   646 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 24 Núm.1. Febrero 2001 Pags. 70-72. Salud Ment 2001; 24(1)