Autor: Jiménez Sanguino Sara Inés
La complejidad de la medicina transfusional actual, está dada por los avances en el conocimiento de la inmunohematología de cada uno de los componentes de la sangre, de la separación de los componentes sanguíneos, y de sus indicaciones. Igualmente, se debe garantizar la transfusión de unidades seguras para el receptor. Cada unidad de sangre debe ser obtenida de un donante seleccionado, ser sometida a una tipificación de grupo sanguíneo, a la separación en sus componentes, y una serie de estudios serológicos que garanticen el mínimo riesgo de transmisión de una enfermedad infecciosa por esta vía. Las enfermedades transmisibles por transfusión fueron reconocidas desde 1920, cuando se demostró que la sífilis, producida por el Treponema pallidum, podía transmitiese por transfusión. Pero las pruebas serológicas rutinarias para esta enfermedad solo se establecieron en la década de 1940. Las pruebas para hepatitis se iniciaron a fines de los años sesenta y principios de los setenta, aunque históricamente se habían descrito casos de hepatitis post-transfusional en la decada del 40. El conocimiento del Virus de Inmunodeficíencia Humana (VIH), y la confirmación de múltiples casos de Síndrome de inmunodeficíencia adquirida (SIDA) en pacientes previamente transfundidos a 1985, fue causa de alerta médica y del cambio progresivo en las prácticas transfusionales. Desde entonces, se hace un estudio más complejo de las unidades de componentes sanguíneos, y las normas para los bancos de sangre en todo el mundo son más estrictas; todo esto, con el objeto de disminuir el riesgo de adquirir una enfermedad post-transfusional y hacer más seguro el uso de los componentes sanguíneos.
Palabras clave: Medicina Transfucional banco de sangre enfermedad postransfusional.
2003-07-19 | 5,343 visitas | 1 valoraciones
Vol. 2 Núm.5. Agosto 1999 Pags. 93-99 MedUNAB 1999; 2(5)