Uno de los sueños de la industria farmacéutica ha sido el de encontrar nuevas aplicaciones de los fármacos, sustancias químicas o toxinas que, en algún tiempo, tuvieron utilidad terapéutica, o bien, que se desarrollaron originalmente para un propósito y su uso clínico-farmacológico posterior fue otro. Por mencionar algunos ejemplos: la digoxina que primero se utilizó como durético y poco tiempo después se observó su efecto sobre el corazón; el ácido acetilsalicílico, utilizado como agente analgésico, antipirético y antiinflamatorio y 30 a 40 años después de su introducción se observó que tenía actividad antitrombótica. El minoxidil, un agente antihipertensivo, en la actualidad se encuentra en el mercado para el tratamiento de la calvicie.
Palabras clave: Talidomida industria farmacéutica fármacos sustancias químicas toxinas.
2003-07-19 | 1,233 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 5 Núm.19. Abril-Junio 2003 Pags. 125-129. Med Univer 2003; 5(19)