Discurso pronunciado en el acto de entrega de los diplomas de la dignidad universitaria

Autor: Ilizástigui Dupuy Fidel

Fragmento

La dirección del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana me ha situado la honrosa tarea que me inflama y embarga de entusiasmo, a la vez que me compromete y enrola históricamente: agradece en unos pocos minutos, a nombre de los homenajeados el recibimiento del Diploma de la Dignidad Universitaria. Todos nosotros estamos bajo una emoción comprensible pero indescriptible, parecida pero muy superior a aquella experimentada en la oportunidad de recibir, años atrás en la ceremonia de gaduación, el título de médico. Entonces se nos certificaba el haber cumplido con los requisitos académicos que nos permitirían desempeñarnos, casi sin restricciones, en la noble y hermosa tarea, bajo la consigna de "curar cuando se puede, aliviar siempre y consolar en todos los momentos"; hoy se nos convoca por la universidad médica para certificar que fuimos fieles a nuestro juramento cumpliendo con ella, con la Patria y la Revolución, en el empeño de sanear al hombre y educarlo bajo la consigna de "promover salud, prevenir la enfermedad, reparar la lesión y rehabilitar personas, familias y comunidades", sin descuidar el alivio y el consuelo. Este galardón que hoy recibimos es una gran honra, una inapreciable estima, con el cual la universidad médica patentiza el respeto por la dignidad humana a sus docentes que cumplieron con honor, en momentos tan difíciles de la Revolución, el sagrado deber contraído con la Patria.

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2003-08-06   |   794 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 9 Núm.1. Enero-Diciembre 1995 Pags. . Educ Med Super 1995; 9(1-2)