Autores: García Castañeda Armando, Treviño Treviño Alfonso J, Ibarra Flores Marcos, Palacios Rodríguez Juan Manuel
De un total de 185 angioplastias coronarias realizadas entre marzo de 1993 y marzo de 1995, se revisaron los resultados inmediatos y a largo plazo del implante del stent de Palmaz-Schatz en 12 pacientes con cardiopatía isquémica, en quienes se colocaron un total de 12 stent en forma electiva en lesiones de novo; nueve en la arteria descendente anterior y tres en la coronaria derecha. El objetivo fue analizar: 1) Tasa de éxito primario del implante. 2) El diámetro luminal mínimo obtenido al término del procedimiento. 3) El resultado clínico y angiográfico a corto y largo plazo. 4) La incidencia de reestenosis angiográfica a 24 meses. En los segmentos coronarios seleccionados para el implante del stent, el promedio de estenosis fue de 96 ± 4% y posterior a la colocación del stent fue de 2 ± 2% (p < 0.001). El diámetro luminal mínimo previo al implante fue de 0.4 ± 0.3 mm y posterior al stent de 3.2 ± 0.8 mm (p < 0.001), con una ganancia inicial promedio de 2.9 ± 0.3 mm. Complicación mayor solo ocurrió en un caso (8%) por trombosis subaguda del stent al cuarto día. La tasa de reestenosis a 6, 12 y 24 meses fue de 10, 20 y 20%, respectivamente; y en la misma secuencia el diámetro luminal mínimo fue de 2.84, 2.40 y 2.10 mm, lo cual determina una pérdida de la ganancia inicial obtenida del 11, 25 y 35% a los 6, 12 y 24 meses, también respectivamente. En conclusión, el implante del stent coronario de Palmaz-Schatz es una alternativa segura y efectiva en el tratamiento de la cardiopatía isquémica; el diámetro luminal mínimo es muy superior al conseguido con angioplastia coronaria con balón. Finalmente, la tasa de reestenosis coronaria es menor a la observada con la angioplastia convencional.
Palabras clave: Angioplastia coronaria stents coronarios nuevos dispositivos en intervención coronaria.
2003-08-07 | 2,240 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 8 Núm.4. Octubre-Diciembre 1997 Pags. 117-123 Rev Mex Cardiol 1997; 8(4)