Autor: González Pérez Ubaldo
La medicina nació como respuesta pragmática a la necesidad de aliviar el dolor, el sufrimiento y la incapacidad, pero, al evolucionar en interacción con las concepciones predominantes de las demás disciplinas y tecnologías, se fueron desarrollando sus paradigmas. La investigación y las intervenciones médicas se movieron desde la enfermedad del individuo en fase aguda y con síntomas molestos hasta las acciones de educación para preservar la salud de la comunidad. Grandes hitos en los enfoques de la causalidad en medicina lo constituyeron las observaciones de los médicos griegos acerca de la importancia de los aires, las aguas y los lugares para la salud y las enfermedades, al igual que las ideas de los utopistas del renacimiento cuando predicaban la posibilidad de crear una sociedad mejor y una vida más sana dotando de mayor calidad los estilos de vida. Otro enfoque trascendental lo realizó Ramacini al plantear la influencia del modo de vida de los limpiadores de estercoleros en la génesis de sus enfermedades. Todo esto influyó en que se pusiera la atención en el medio laboral, en la vivienda, en la higiene y el hambre, por lo que aparecieron estudios sobre las condiciones de vida de los obreros y los sectores depauperados, realizados por médicos y economistas famosos, para explicar las enfermedades y epidemias que azotaron las zonas de desarrollo industrial de la Europa de los siglos XVII y XVIII. Esto propició el desarrollo de la medicina social, la higiene social y la salud pública, y a partir de ese momento quedó claro que el hambre y las guerras podían matar y enfermar a más personas que las bacterias, porque se había entendido el papel de la calidad de las condiciones de vida para la salud y la enfermedad. No obstante esta avanzada concepción, los primeros logros de la quimioterapia y la identificación microscópica de los agentes biológicos, a la vez que progreso, indujeron un optimismo ingenuo que postuló las posibilidades ilimitadas de los quimioterapéuticos. El desarrollo de la industria farmacéutica fue sometido por los intereses del mercado arrastrando las concepciones de algunos sectores médicos y de la población a un biologicismo a ultranza que hiciera creer que la solución de los problemas de la salud y la enfermedad dependen de la producción y uso de medicamentos eficaces. Las tecnologías para las terapias intensivas, los trasplantes y la clonación fueron tomadas de la mano por el mercado y de nuevo se desatendió el peligro de los cambios bruscos en el modo de vida, la contaminación del ambiente y la pobre calidad de vida a la que conducen el desarrollismo, el consumismo y la inseguridad social. El reconocimiento de estos errores puede ser atenuado aprovechando la teoría de la actividad para estudiar la calidad de la vida en un contexto de integración de las condiciones biológicas a los factores medioambientales, economicosociales, psicológicos y éticos. Lo cual implica asumir una concepción en el paradigma de la salud para enfrentar los problemas de la sociedad actual.
Palabras clave: Calidad de vida legislación sanitaria servicios de salud.
2003-08-18 | 4,029 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 28 Núm.2. Mayo-Agosto 2002 Pags. . Rev Cubana Salud Pública 2002; 28(2)