Ubicación de la ética, la bioética y la ética médica en el campo del conocimiento

Autor: González Pérez Ubaldo

Resumen

Las barbaridades de la llamada civilización occidental, el mercantilismo y el individualismo ilimitados, las distintas formas de violencia y hasta el uso deshumanizado de la ciencia y la tecnología, junto a resultados positivos del desarrollo, han sido distribuidos por el mundo por el fenómeno de la globalización; poniendo en peligro, en algunos casos, hasta la existencia de la vida en el planeta. Esto ha conducido a una crisis moral de la sociedad basada en el orden económico y jurídico de la explotación. El pragmatismo como filosofía de los monopolios ha distorsionado la moralidad y no solo predica que lo útil es lo verdadero, sino también que lo útil es lo moral. Esta ha sido la justificación del individualismo más feroz que ha conocido la humanidad. Ante esto es necesario desencadenar una fuerte batalla moralizadora que tenga como principio rector la necesidad de un orden económico y jurídico con equidad y participación social de las mayorías; que solo así se puede llegar a conquistar el humanismo moral que necesitan los hombres para salvarse. Una moral que priorice la paz, la solidaridad entre los pueblos, y la consideración con el prójimo, sea una cultura o un individuo. Una moral que motive a gobernantes, a la comunidad, a la familia y al individuo a disfrutar el placer de ayudar al progreso del otro. Para iniciar este diálogo y estas reflexiones impostergables, ganando claridad y domino de los términos y conceptos relacionados con la moral y las éticas, propongo este modesto intento en forma de conferencia. Saber las diferencias elementales entre moral, moralidad, ética, bioética, ética médica y otros términos afines, así como reflexionar sobre las características de la bioética, de su nacimiento y alcance, puede ayudar a descubrir los usos mal intencionados que algunos hacen de ella y lo imprescindible de convertirla en arma de educación y lucha ideológica, para beneficio de los explotados y discriminados del tercer mundo y para millones de personas que teniendo un buen nivel de vida, no lo pueden disfrutar por los conflictos morales y la enajenación a que los ha conducido el mundo de violencia, individualismo, desconfianza y de falsas necesidades de consumo como sinónimo de felicidad, y a una cifra aterradora de conductas evasivas que se refugian en el creciente consumo de alcohol y drogas. Los hombres de pensamiento progresista tienen que asumir posiciones de compromiso en la denuncia ética contra la deshumanización y el hegemonismo del mercado y la violencia, empecinado en someter a la humanidad a sus propósitos egoístas.

Palabras clave: Principios morales conflictos de intereses bioética conducta de ayuda ética profesional educación ética medica mundo occidental países en desarrollo economía.

2003-08-18   |   3,148 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 28 Núm.3. Septiembre-Diciembre 2002 Pags. . Rev Cubana Salud Pública 2002; 28(3)