Autor: Fraiman Héctor D
En esta época fuertemente caracterizada por un exuberante individualismo y una importante desidentificación glo-balizadora, creo que nuestros jóvenes colegas merecen y necesitan reencontrarse con sus raíces, al menos las neu-rológicas, insoslayable primer paso para hallar la propia identidad, y única forma de desarrollar y lograr madurez, en este caso desde el punto de vista científico. Conocer cuál es nuestra procedencia; quiénes fueron nuestros ancestros y predecesores neurológicos, sus valores y su valía. Al decir de Pablo Picasso «ser original es volver al origen». Saber sí, cómo comenzaron los hombres de otras latitudes que se fueron convirtiendo en nombres legendarios, sea de signos, maniobras o patologías, pero también, con humildad pero sin sentimientos de inferioridad intelectual, rever quiénes, cuándo y qué produjeron y pensaron nuestros compatriotas de épocas pasadas, para ratificar o rectificar la veracidad de nuestra percepción de septentrional paternidad excluyente e imperecedera, que solo logra mantener nuestra espontaneidad inventiva (creatividad independiente del nivel tecnológico, a poco de recordar las especula ciones de Demócrito acerca de su teoría atómica, así como las posteriores de Lucrecio, similares en ese sentido atómico, quien además en su «Rerum Natura» incluye la hipótesis de «una solución natural de las especies» absolutamente pre-Darwiniana, utilizando ambos como único instrumento el de sus mentes abiertas y su raciocinio profundo), forma eficaz de perpetuar una profecía autocumplida, producto y síntoma (causa-efecto-causa) quizá de nuestra in veterada y proverbial inmunodeficiencia cultural.
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2003-09-04 | 1,095 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 25 Núm.1. Enero-Marzo 2000 Pags. 10-16 Rev Neurol Arg 2000; 25(1)