Buenos Aires, 1º de agosto de 1998 Sr. Editor de la Revista Neurológica Argentina Dr. José Bueri Estimado Sr. He leído con atención vuestra editorial del Nº 2 del volumen 23 de la Revista Neurológica Argentina1 y el artículo que, en el mismo número, firma el Dr. Raúl Domínguez.2 Quiero señalar que comparto la mayor parte de los conceptos dados por el Dr. Domínguez.2 Sin embargo, creo que es necesario introducir un factor más dentro de la discusión que ese artículo promueve. Ese factor es el insoslayable papel que cumple el Estado en la regulación de la práctica médica. Sin duda, el Estado tiene la obligación de garantizar a la población de la Comunidad, de cuya administración es responsable, un adecuado nivel de atención médica cuyos componentes analizaré luego. Conceptualmente, es posible aceptar la existencia de un Estado liberal, en el que el juego del libre comercio constituya el fundamento de su filosofía. Esta actitud de respeto al mercado puede ser defendida por unos y criticada por otros, pero eso constituye una discusión distinta. Lo que no puede hacer el Estado, cualquiera fuere su ideología, es eximirse de la responsabilidad de fijar pautas claras para que la Sociedad se eduque convenientemente, viva en estado de salud y sienta que está adecuadamente defendida. Estas tres funciones, educación, salud y defensa no pueden variar acorde con la posición filosófica que los gobernantes tengan. Cualquiera fuere esta última, esas tres obligaciones deben ser cumplimentadas en forma tal que haga que los individuos integrantes de la Comunidad sientan que ellas están presentes.
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2003-09-06 | 783 visitas | 2 valoraciones
Vol. 24 Núm.1. Enero-Marzo 1999 Pags. 54-58 Rev Neurol Arg 1999; 24(1)