Autores: Velasco Ortíz Romelia, Robledo Uzcanga Pilar, Cabrera Ocegueda Pedro A, Rodríguez Pérez Raúl Antonio, Castilla Serna Luis
Antecedentes: resulta difícil establecer valores de referencia de algunos componentes de la química sanguínea en población pediátrica "sana", ya que generalmente sólo se solicitan estudios de laboratorio cuando se sospecha un problema de salud. Objetivo: establecer valores de referencia en la población pediátrica. Material y métodos: se analizaron 966 sueros (glucosa, nitrógeno ureico, creatinina, ácido úrico, sodio, potasio y cloro) de pacientes de uno y otro sexo entre un mes y 17 años de edad de la consulta externa del Instituto Nacional de Pediatría que acudieron al servicio de toma de productos con solicitudes de laboratorio de los médicos de los servicios de cirugía ambulatoria, ortopedia y oftalmología. Se vigiló que estuvieran en ayuno, que no hubieran ingerido algún medicamento y que no refirieran o tuvieran infección aguda en el momento de la toma de la muestra. Para su análisis estadístico se dividieron por sexo y en cuatro grupos de edad: 1 mes a 2 años (grupo 1); 2 años 1 día a 6 años (grupo 2); 6 años 1 día a 12 años (grupo 3) y de 12 años 1 día a 17 años (grupo 4). Los valores de referencia se establecieron con límites de confianza al 95% para cada uno de los componentes estudiados. Resultados: los valores de referencia establecidos son similares en valor numérico y comportamiento a lo descrito para población pediátrica en la literatura médica. Conclusiones: cuando no se cuente con valores propios de referencia, se pueden utilizar con cierta reserva los descritos en diversas publicaciones, siempre y cuando se utilicen los mismos métodos de los valores publicados; sin embargo, contar con valores de referencia propios constituye un gran apoyo para el clínico.
Palabras clave: Pruebas de laboratorio valor de referencia glucosa nitrógeno creatinina ácido úrico sodio potasio cloro.
2003-09-15 | 16,709 visitas | 4 valoraciones
Vol. 19 Núm.3. Mayo-Junio 1998 Pags. 107-111. Acta Pediatr Méx 1998; 19(3)