Autores: Santana Gómez José Luis, Peraza Fernández José Luis
Anochecía, los soldados heridos trataban desesperados de respirar el aire viciado por el calor tórrido y el polvo, con voces cada vez más débiles imploraban auxilio. Al lado de algunos heridos, militares amigos se habían arrodillado, pero era muy poca la ayuda que les podían prestar para aliviar sus sufrimientos, pues carecían de medicamentos, víveres y agua. Sólo podían estrechar las manos de los moribundos entre las suyas y consolar los lo mejor posible. Era el 24 de junio de 1859, los ejércitos del imperio austríaco y de la alianza francosarda acababan de librar una batalla, en Solferino, un pueblo al norte de Italia, donde participaron 300 000 soldados y resultaron muertos o heridos 40 000 de ellos. La carnicería había durado 16 horas. Tales desgracias eran normales, después de una horrible matanza en una batalla anterior, un general famoso, encogiéndose de hombros, dijo lleno de resignación: "No se hacen tortillas sin romper huevos".
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2003-09-25 | 687 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 13 Núm.2. Marzo-Abril 1997 Pags. . Rev Cubana Med Gen Integr 1997; 13(2)