Autor: Garduño Espinosa Armando
Los progresos de las ciencias médicas han generado nuevas esperanzas para prolongar la vida de muchos niños con enfermedades terminales, pero a la vez han engendrado diversas situaciones límite relacionadas con el momento en que la curación deja de ser una opción realista, y así el propósito de la asistencia se transforma en un enfoque paliativo cuya pretensión no es más que ayudar a estos infantes a vivir el tiempo que les queda de la mejor manera posible, en otras palabras, con la mayor calidad de vida. Mejía define al paciente en estado terminal como “aquel enfermo con un padecimiento agudo, subagudo o más habitualmente crónico, evolutivo, no resolutivo y sujeto sólo a manejo paliativo”. Por su parte, el Manual de Ética del American of Physicians se refiere al paciente terminal como “aquel cuya condición se cataloga como irreversible reciba o no tratamiento y que muy probablemente morirá en un peri o d o de tres a seis meses”.
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2003-10-15 | 1,840 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 1 Núm.9. Febrero 2003 Pags. 5-10 Dol Clin Ter 2003; I(9)