Autor: Romero Zárate José Luis
A poco menos de un año, previo a la toma de posesión del cargo de Presidente de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, no puedo menos que mirar hacia el horizonte por venir, y ante la fisonomía actual de nuestro grupo, de su crecimiento, los progresos logrados y el reflejo del trabajo de quienes me han precedido, surge ante mí, de entre una serie de documentos que he venido trabajando, una reflexión que desde algunos años me he venido formulando y desarrollando, esperando el momento adecuado para su real desarrollo. Dicha reflexión contiene cuestionamientos con vertientes diversas: ¿Hacia dónde debe ir nuestra Asociación? ¿Qué asuntos son los más importantes a introducir, apoyar o bien desarrollar? De acuerdo a nuestro momento histórico ¿Qué necesitamos los cirujanos plásticos de nuestro país? ¿Hasta dónde queremos llegar? He analizado, estudiado y discutido éstos y muchos otros asuntos inherentes a la Asociación y creo haber llegado a conclusiones digamos convenientes para todos nosotros y que son tema de otro foro y otro momento. Hoy, me parece más interesante ponderar que, en el contexto de nuestra idiosincrasia grupal, nuestras acciones deben estar encaminadas a fomentar la Unidad, esa cohesión que tanto se ha buscado yque cada día tiene mejores cimientos, que requerimos de manera indispensable para lograr hacer frente a situaciones o individuos que, en forma añeja o actual, representan de manera increíblemente absurda, una amenaza a nuestro patrimonio. Evidentemente me refiero al charlatanismo en sus múltiples presentaciones y a sus ejecutores, invasores de nuestra tranquilidad. Evidentemente, hay que dar por descontado que si el enemigo también se encuentra en casa, y alguno de nosotros enarbola ese rol, será parte de nuestro quehacer revertir y convertir a ese agente nocivo en lo que debemos ser todos, aliados para un mismo fin, con lealtad y respeto, hacia nosotros y hacia aquellos quienes nos depositan toda su confianza, nuestros pacientes. Ninguno de nosotros es de una raza inferior. Todos pertenecemos a la nobleza, a la Élite de los que trabajan, de los que se esfuerzan por crecer, de los que pretenden alejarse de la mediocridad, de la envidia y del abuso. Creo que todos pretendemos para nosotros y para nuestras familias una vida mejor, y estoy seguro que ese solo propósito, nos aleja de la mezquindad.
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2003-10-21 | 687 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 13 Núm.1. Enero-Abril 2003 Pags. 4 Cir Plast 2003; 13(1)