Autores: Arteaga Troncoso Gabriel, Guerra Infante Fernando M
Los avances en las técnicas quirúrgicas, el desarrollo de nuevos inmunosupresores y las estrategias de intervención han conducido al trasplante en una elección apropiada de tratamiento para la falla del órgano en etapa terminal, proporcionando a los pacientes una larga supervivencia y una alta calidad de vida. Los costos benéficos del trasplante han sido reconocidos y sólo el trasplante renal ahorra enormes sumas de dinero expedido durante la diálisis. La brecha entre los miembros de las listas de espera y de los órganos disponibles continúa ampliándose debido a la reducción del número de donadores en muchos países. El xenotrasplante tiene algunos beneficios potenciales, siempre que varios obstáculos puedan ser superados. El uso de cerdos como fuente de órganos casi proveerá del abastecimiento ilimitado de los mismos. Los ór ganos podrán estar disponibles en todo momento, permitiendo la planeación del acto quirúrgico en tiempo óptimo, y los efectos perjudiciales en los órganos de la muerte cerebral podrán ser abolidos. El principal obstáculo puede ser la reacción inmunológica en el injerto. En los casos donde la reacción hiperaguda de los anticuerpos y la mediada por el complemento de los xenoinjertos vascularizados han sido controladas, el rechazo agudo vascular y el rechazo agudo mediado por las células T causan la lisis del tejido. La infiltración de leucocitos en el tejido conlleva a las dos modalidades de rechazo tardío. En primer lugar, el proceso de extravasación leucocitaria es dirigido por las moléculas de adhesión y las proteínas de la familia de las quimiocinas, y la presencia de los anticuerpos anti-cerdo que modulan la migración de los leucocitos a través del endotelio porcino, así como de los polimorfonucleares. Del mismo modo, la destrucción de la pared del tejido por las células asesinas naturales como también de las células T se han reportado. Por otra parte, las moléculas del endotelio porcino pueden disparar la producción de citocinas y de la actividad citolítica de las células NK. La xenorrespuesta mediada por la célula T es establecida por el reconocimiento directo e indirecto de los antígenos leucocitarios porcinos, las moléculas de clase I y II son reconocidos por los linfocitos T CD8+ y CD4+, respectivamente. Las células T CD4+ son capaces de mediar la reactividad de hipersensibilidad tardía, resultando el daño del injerto debido a la producción de las citocinas in situ, así como de la citotoxicidad directa. Si los problemas del rechazo inmunológico pueden ser superados, aún queda lo concerniente a las incompatibilidades o limitaciones anatómicas y fisiológicas que afectan la función del injerto y su supervivencia.
Palabras clave: Xenotrasplante extravasación leucocitaria adhesión celular carbohidratos interacción MHC.
2003-11-28 | 2,111 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 50 Núm.3. Julio-Septiembre 2003 Pags. 129-141 Rev Mex Patol Clin 2003; 50(3)