El primer trasplante hepático fue realizado por Starlz, en Denver, USA, en 1963 con resultados desfavorables (1). Desde entonces se iniciaron diversas investigaciones encabezadas por el doctor Cannon, en Boston y Chicago, lográndose finalmente el primer sobreviviente en 1967, un niño con hepatoblastoma quien vivió 18 meses postrasplante, y murió debido a metástasis (2,3). Posteriormente, nuevas técnicas quirúrgicas fueron implementadas sin obtenerse sobrevidas significativas debido principalmente a la inadecuada inmunosupresión que hacía frecuente el rechazo al trasplante. Se utilizaron múltiples drogas inmunosupresoras, tales como los corticoides y la azatioprina sin resultados alentadores, ya que presentaban un estrecho margen entre la eficacia y la seguridad. Así mismo, se presentaron otras complicaciones aparte del rechazo tales como las infecciones, sin poder contar con muchas veces con las herramientas necesarias para su solución inmediata (4).
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2003-12-19 | 711 visitas | 1 valoraciones
Vol. 14 Núm.1. Enero-Marzo 1999 Pags. 48-50 Rev Colomb Cir 1999; 14(1)